José Lezama Lima
En la primera expedición desde Macondo, José Arcadio Buendía y sus hombres encuentran un galeón varado en una ciénaga. Ese estupor produce la obra de José Lezama Lima (La Habana, 1910 – 1976). A la pregunta “¿De dónde salió esto?” le sucede una serie crecientemente inquietante al leer su obra inclasificable. Arquitectura creativa sin antecedentes, galeote exaltado en corales de poesía, sostenido por plantas trepadoras de los registros más barrocos de la lengua. Inexplicable. Sin posible solución de continuidad. “Su tiempo no parecía histórico ni ahistórico, sino, literalmente, fabuloso.” (Cintio Vitier)
El Eros cognoscente navega la literatura sin soltar amarras del barrio de donde nunca zarpó. Su poética lo llevó al punto intocable que está ante la creación y la destrucción del lenguaje. No hace concesiones ni subestima al lector. La imagen, potens creativo, da todo de sí para configurar el poema.
El Eros cognoscente navega la literatura sin soltar amarras del barrio de donde nunca zarpó. Su poética lo llevó al punto intocable que está ante la creación y la destrucción del lenguaje. No hace concesiones ni subestima al lector. La imagen, potens creativo, da todo de sí para configurar el poema.