15 may 2006

No. 12, Año 1.

El Rey/ Foto de Carlos Henríquez


San Salvador, 15 Mayo 2006.

En este número:

Pero sigo siendo el rey…
es el estribillo de esta última edición de El Ojo de Adrián.
Les invitamos a todos ustedes:
nuestros más de 45 colaboradores y 291 suscriptores a la fecha,
nuestros lectores,
visitantes (24,000 dice el conteo oficial),
mirones (se vale, se vale),
admiradores (son pocos lo sabemos de sobra pero justos y necesarios)
y críticos (muchos y silenciosos desgraciadamente),
a tomarse un tequila de despedida y celebrar.


1. Palabras de ultratumba

José María “Chema” Méndez (1916-2006)
Tiempo irredimible
“…Suena el timbre del reloj despertador. Comprueba la hora de la carátula fosforescente porque está muy oscuro. Enciende la luz, se pone la bata raída, la única que tiene, y se dirige a la cama de Julio…”
y
y
y
2. Pienso, luego existo

Si la muerte llega en primavera…
Jurisprudencia y ficción en José María Méndez

Rafael Lara-Martínez
“…Te imagino cabalgando en estrellas de noche sin luna ni nube, sin tumba ni asiento. Invisible como los fantasmas que entierran los relatos…”

Azar
Mayra Barraza
“…Se tiran las monedas seis veces y listo. El universo deja de ser avasalladoramente infinito y se reduce a un espectro de 64 posibles respuestas…”

Divagando
Rodrigo Peréz-Nieves
“…A los quince años ya no quería ser mexicano, mi pelo indomable, mis ojos marrones, mi idioma un español chapuceado y mi sentimiento era el de un enclenque socialista tercermundista…”

Andanzas: En la IX Bienal de la Habana
Jorge Albán Dobles
“…A diez kilómetros de allí, en Alamar, la mayor ciudad satélite de la Revolución, otros cubanos y cubanas se reúnen cada martes y jueves desde hace años, para conciliar poemas de Martí con música de Joplin y estética Dadá con música Trova…”

Museo/Internet
Luis Fernando Quirós
“…Se trata de encontrar un rizoma donde en un intrincado vórtice que se bifurca, se llega a donde quiera que nos lleve el motor de búsqueda, y de repente… se abre lo que nos desvelaba por encontrar…”


3. creaCción de arte


Poesía
Claribel Alegría
Sísifo
y
y
y

Artes Visuales
Mauricio Castillo
Grabados
y
y
y
y
y
Poesía por entregas (2/5)
Miguel Huezo Mixco
Al perro me lo imagino
“…El cuerpo vuelto un puerto
El puerto un ancla
Un cuerpo que abandona y vuelve
vuelve y abandona…”



4. La P-41 de Adrián

Tránsito y permanencia
III Salón de Dibujo
Sala Nacional de Exposiciones
y
y
y
y
y
5. Al infinito y más allá: Salvadoreño en Paris: La diablesse dans le miroir, obra de Horacio Castellanos Moya, puesta actualmente en escena en Montmartre; mientras esperan el estreno del Código DaVinci miren del otro lado del espejo parisiense, allí en el infinito La Gioconda sonríe enigmática; y de regreso a nuestro lares: Rusticatio, nueva revista literaria guatemalteca - dirigida por Alan Mills - de estilo retro y aguzada selección de textos.

6. Color local: La historia se repite para aquellos que ignoran su pasado: aquí un interesante recuento de los diversos esfuerzos en revistas culturales; Mártires de la República llamaremos a los trabajadores de Canal 10 después de conocer su larga lista de más que justificadas demandas en el reciente paro laboral que llevaron a cabo; y con un plan ambicioso de trabajo se inicia Francisco Centeno (Costa Rica 1960) como nuevo director artístico de la Escuela Nacional de Danza; la moda blog de mano de salvadoreños que piensan (con justa razón en algunos casos) que tienen algo importante que decir.

7. De rumores y risas
A
Todos los textos han sido autorizados para su publicación por sus autores, y pueden ser citados siempre y cuando se haga referencia a la fuente. Textos de creación literaria sólo podrán ser reproducidos con la autorización expresa de sus autores.

José María Méndez (1916-2006)

Tiempo irredimible

El dormía recostado hacia el lado izquierdo, casi boca abajo.

Ella iniciaba la diaria faena —barrer, trapear, lavar ropa, preparar la comida— levantándose a las seis y sacudiéndole enérgicamente hasta despertarlo. De otra manera quedaría tirado en la cama, toda la mañana, vencido por la modorra alcohólica.

Suena el timbre del reloj despertador. Comprueba la hora de la carátula fosforescente porque está muy oscuro. Enciende la luz, se pone la bata raída, la única que tiene, y se dirige a la cama de Julio. Lo toma por el brazo, le da media vuelta hasta ponerlo cara al techo y empieza a zarandearlo. El expediente no da resultado. Viéndole insensible a las sacudidas, cae en la tentación, que a menudo la perturba, de no despertarlo. Que se cumpla la amenaza de dos Aurelio (otra falta y al carajo). Ya no le importa que el futuro se ponga más negro. Que venga la miseria total, la muerte por hambre. Ella tendrá valor para enfrentarlas. Las continuas penurias han venido a ser una especie de entrenamiento. Mientras esas ideas le dan vuelta en la cabeza, enciende la pequeña cocina de gas, se acerca a la ventana, aparta las cortinas para que penetre la claridad del alba. Casi no entra luz. Grandes nubarrones, una lluvia levísima, hacen gris el aire, empañan los cristales. El cielo fosco le abate el ánimo y la empuja a las meditaciones inútiles. Lo de él es irremediable. De nada han servido consejos, súplicas. Dinero botado el que se gastó en la clínica, en los siquiatras. Tiempo perdido el de los alcohólicos anónimos que trataron de convencerlo. Sólo un milagro, como decía su madre, podría salvarlo. Pero los milagros no existen. Dios no podría ser el autor de los milagros, tampoco existe. Lo sabe perfectamente después de haber quemado su fe en rosarios, velas, misas, comuniones, que para nada sirvieron.

Primero bebía únicamente en las fiestas, aduciendo como argumento la obligación de cumplir los formulismos sociales. Sin amistades no se prospera, y en nuestro país es imposible abrirse camino, ganar amigos y conservarlos si no se sabe beber. El alcohol es una llave, una institución, una figura sagrada. Prueba de lo último es que está, como Dios, en todas partes, bautizos, cumpleaños, bodas, velorios.

Después vinieron las reuniones sabatinas en casa. Ya no hablaba de la obligatoriedad del alcohol sino de sus virtudes propias. Hilvanaba dislate tras dislate. De cierto es un tónico. Aumenta el fluido cerebral y la potencia viril. Es higiénico porque limpia el alma de la herrumbre que va dejando la vida cotidiana. Además terapéutico porque no me van a negar que es saludable desahogarse y echar puteadas a diestra y siniestra, porque todo esto, del lado que se le mire es pura mierda. Si en vez de recurrir a la bebida nos tragáramos nuestra indignación, nuestra cobardía, terminaríamos suicidándonos o haciendo maricones. En ocasiones sacaba a relucir argumentos teológicos. Cuando Jehová desata el diluvio salva a Noé por haber sido el primer hombre que descubrió la fermentación de la uva. Jesús dijo que su sangre era vino y por eso los curas lo beben en la misa.

Los domingos amanecía con dolor de cabeza, el ánimo por el suelo. Pero juraba que no era efecto de los tragos. Era el cansancio normal consecuente al desvelo y al esfuerzo que produce el hallazgo de verdades dolorosas. Ese cansancio sólo se cura con otros tragos. Una espina saca otra espina. Así aparecieron las borracheras de los domingos, después las de los lunes y las de todos los días. Y allí está ahora, viejito, arrugado, tembloroso. Lo dejará dormir unos minutos más, tal vez así se despierta un poco más despejado. Aunque esa es una ilusión porque tiene ya la cabeza hueca como la de un idiota.

A través de la ventana ve venir un hombre en bicicleta, envuelto en una capa. Es el que reparte diarios. Se detiene, apoya el vehículo en la cuneta, baja y tira uno por debajo de la puerta. Ella no lo recoge. ¿Para qué? Traerá las noticias de siempre. Secuestradores dinamitan un avión y mueren todos los pasajeros, disuelven a balazos manifestaciones estudiantiles, otro conflicto en el medio oriente a punto de desatar la tercera guerra mundial. Que se rompan, que se pongan todos a tirar bombas y que se acabe esta mierda de mundo en que vivimos.

Hay en su dormitorio olor a lodo, olor a cosa podrida. Hace otro intento por despertarlo. Lo sacude de nuevo con furia, hundiéndole las uñas en los brazos. El permanece tirado en la cama, como si nada. Regresa a la ventana, no puede abrirla, el pasador enmohecido se ha atascado. Continúa la llovizna, tiene que frotar el vidrio para darle transparencia. Pasa sobre la acera de enfrente una mujer con mantilla, vestida de negro, que de seguro va a misa. Ella nunca fue a misa los días de semana; pero antes iba los domingos, algunas veces en compañía de Julio. No puede precisar el pasado. Su vida está cortada en dos épocas y es tal la sordidez de la segunda, que le resulta difícil reconstruir la primera. En cuanto las imágenes están claras se interpone el rostro actual de él, abotagado, repulsivo, y las imágenes se deforman o se pierden en un telón oscuro.

Ahora, a través del vidrio, ve a un hombre impasible a la lluvia, vestido de pantalón gris y saco negro, anteojos oscuros, sombrero de ala caída sobre la frente, que está parado en la esquina. Todos los días, puntualmente, a las siete de la mañana, releva a otro hombre de idéntica indumentaria que además se le parece. Ella sabe la historia. Son policías vestidos de civiles. Vigilan a un estudiante que ha pronunciado discursos y ha escrito artículos contra el gobierno. El perseguido tiene dieciocho años, ojos soñadores. Cuando lo capturen le romperán los dedos con alambre. Antes de matarlo le deformarán el rostro a culatazos. Nunca se sabrá nada porque ahora tiran los cadáveres encostalados a los ríos.

Ve cuando sale a la puerta de la casa de enfrente, en chinelas, vestida con un kimono rojo de pavos reales bordados, la prostituta que una tarde le sugirió abandonara a su marido y se dedicara, como ella, a darse gusto y ganar abundante dinero.

Buena plata haría comentó mientras la acariciaba, porque es joven, y está bien hecha, largas las piernas, duros los senos, el vientre hundido como si no fuera casada. Además el aire de inocencia. Lo pagan a precio de oro.

Ella pensó confesarle al cura que la idea momentáneamente le había seducido. Pero no lo hizo porque entonces ya no iba a la iglesia. Lo de siempre, la confusión que no le permite determinar fechas ni hilar sucesos. Y ahora esto nuevo de confundir sueños y verdades. Quizás nunca tuvo padres, quizás Julio nunca fue su novio, ni hubo noche de bodas, ni luna de miel, y ha vivido siempre en este cuarto sucio, hediondo, con el borracho impotente que está tirado en la cama. Tal vez tenga más de cincuenta años y no sea cierto que acaba de cumplir los veinticuatro. El infortunio, como el sol de los destierros, quema los sesos, provoca espejismos. Ya no sabe si son hechos ciertos, sueños o imaginaciones, las estampas que se le vienen a la cabeza.

Un sábado fueron al cine. La noche estaba fresca y tuvieron que ponerse suéter. La película era de Clark Gable, la Marylin Monroe, y otro artista cuyo nombre se le escapa. El argumento se le ha olvidado, la única escena que recuerda con claridad es la de un caballo enfurecido que trataba de domar Gable. Después fueron a cenar en un restaurante chino o a una cafetería y fueron a bailar a una discoteca, algo como el Hipopótamo Alegre o el Cocodrilo Viudo. Lo que sí recuerda con precisión, pese a las hendiduras que de seguro la demencia le a empezado a abrir en el cerebro, es que todos los domingos por la tarde iban al campo de Marte. Daban tres o cuatro vueltas por el sendero de piedrín rojo, tostado, que tronaba como galleta. A la hora del crepúsculo en un lugar solitario, escondido, se recostaban sobre la hierba, veían embelesados la mutación de colores, la desaparición lenta de los círculos amarillos que se formaban bajo los árboles. Conmovidos por el flujo de ternura que bajaba del cielo, se acariciaban las manos, se besaban y en ocasiones se ayuntaban, olvidados de todo, salidos del mundo, metidos nada más el uno dentro del otro.

La desdicha hace también que el tiempo camine lentamente. Antes, cuando él era grato y afable, los relojes tenían velocidades normales y los calendarios no engañaban. Las horas de sesenta minutos, los días de veinticuatro horas, las semanas de siete días terminaban siempre en sábados y en domingos. Todo ha cambiado. Las horas tiene miles de minutos, los días cientos de horras, las semanas son una sucesión de lunes monótonos, y despaciosos.

Vuelve la mirada hacia la cama. Inútil será despertarlo, hacer que se levante, vaya a la ducha se vista, tome el café negro, la pastilla de tiamina. Se presentará al trabajo tembeleque, con el rostro hinchado, los ojos enrojecidos, el aliento ofensivo. Y perderá el empleo de todas maneras porque la última vez dijo el repulsivo don Aurelio que la amenaza valía si llegaba ebrio o con señales de haber bebido.

Ya no sabe de cierto si le repugna don Aurelio. Cuando le tocó las nalgas haciéndose el desentendido sintió ganas de darle una bofetada. La cólera fue mayor cuando el viejo grasoso metiéndole un dedo entre los pechos le dijo que si se iba con él, tendría casa, comida, buena ropa y dinero para sus lujos. Le contestó que fuera a buscar a la puta que lo había parido; pero tal vez ya estaba dispuesta a seguirlo. Ahora se arrepiente de no haber aceptado la propuesta.

La lluvia continúa cayendo, menuda, obstinada, anunciando temporal. Regresa a la cama y lo mira de nuevo. Alí está la ruina de hombre, con la boca y los ojos entreabiertos, el torso desnudo. Le grita: borracho ya van a ser las siete. No le contesta. Acosada por la sospecha le pone las palmas de la mano sobre la boca. Advierte que no respira, le toca la frente. Le palpa el pecho. Al fin se convence. Julio está muerto. El cuerpo rígido, la piel terrosa, lo revelan categóricamente.

Cae de rodillas para decir una oración, se lleva las manos apuñadas a los párpados en espera del llanto. Pero no puede rezar. Tampoco puede llorar como quisiera. No le salen lágrimas. Lo cierto es que no siente pena alguna; por lo contrario, un frescor interno le va llenando levemente de contento. Se levanta, hace una señal de la cruz, cubre el cadáver con una sábana. Ve otra vez hacia la ventana. Ya no llueve. La calle ha recobrado el bullicio de todos los días. Se dirige al tocador caminando a pasos medidos, rítmicamente, como cuando tenía quince años y bajaba la escalera con un libro en la cabeza. No sólo siente un goce de sutil liberación sino que tiene el presentimiento de que su cuerpo ha recobrado energía, juventud. Deben de haber desaparecido arrugas de su rostro, su cabello tendrá de nuevo fulgor juvenil, su antigua belleza habrá empezado a retoñar. Al llegar frente al espejo se desviste. Desnuda, recoge el pelo sobre la nuca, se palpa los senos, las caderas y sonríe satisfecha.

Si la muerte llega en primavera…

Jurisprudencia y ficción en José María Méndez
Rafael Lara-Martínez

Existía la zona ficticia de lo jurídico, paraíso de orden y respeto […] y otra zona real contrapuesta a la ficticia, infierno de arbitrariedades y vejámenes, en los que no había leyes […] ni justicia. JMM

Si la muerte llega en primavera… Enarbola el viento que mece un sol desnudo, impúdico y sin nubes. Cielo radiante, diáfano en palabras. Vestida en flor la anuncian. Pálidas hojas de retoño lustroso. Revolotea al aire fino y al polvo sin voz. Cariñoso cogollo.

Si la muerte llega en primavera… Tu sonido —disparatario (1957) de verde humor— se diluye en bruma de otoño. Disuelve la risa mordaz. La broma socarrona en trágica vivencia de historia sin “límite” de “estrellas”.

Si la muerte llega en primavera… La sonrisa opaca un tiempo irredimible (1970). Hacia ahí fluye la época dorada de un “maestro en narrativa”. Tu tentativa profética anticipa sino de guerra. Mancha que reprime. Justicia acobardada. De sueños que interrumpen rutinas militares. Labores agotadas en hábitos sin rumbo.

Si la muerte llega en primavera… Las leyes sociales no las deduce el derecho. Ni las dicta forma jurídica, vacía y sin “respeto”. Revela la “zona real” una “fantasía creadora”. Única escritura que interroga drama venidero en su osadía.

Si la muerte llega en primavera… Antes del despegue de la guerra, varias “mujeres al cuadrado” (1962) declaman que burla e ironía culminan en drama heroico y mortuorio. Al ocultarse “el duende” oscuro de tu humor. Reencarnan “ángeles” bíblicos. En remedo sibilino recitan la fatalidad de un régimen. “I had a dream”.

Si la muerte llega en primavera… En tu lúcido desvarío, fallece el marido ebrio, el estado militar, mientras “desnuda”, la nación “sonríe satisfecha”. Presumida en su “liberación”. “Ella sabe la historia”. “Policías vestidos de civiles”. “Disuelven a balazos manifestaciones estudiantiles”. Persiguen “ojos soñadores’. Acosan la esperanza, al tiempo que repara en prostitución y acoso. La única propuesta.

Si la muerte llega en primavera… Espejo del tiempo (1973), en su cambio de genio, la fantasía refleja un mundo social. Se consume en violencia. “Hallazgo de verdades dolorosas”.

Si la muerte llega en primavera… La “campánula” repica. Delirio y suicidio resuelven pérdida de hombría. De toda dignidad ante pobreza. “Me tocan las nalgas […] la miseria lo empuja a” todo “envilecimiento”. Se vuelve “intolerable repasar la historia de su vida”, la historia nacional. Tu política sexual intuitiva. Degradar al hombre es remitirlo a lo femenino. Lo no-fálico.

Si la muerte llega en primavera… Ninguna ley otorga “testimonio histórico de la corrupción del régimen”. De todos esos “muchachos sucios y peludos que fumaban marihuana” a quienes “el agente que les tocó […] se le fue la mano”. “Quemados”. “Lanzados al mar desde aviones”.

Si la muerte llega en primavera… Es por un anhelo tan arraigado en tu pecho de anticipar en el cuento “la historia del hombre”. “Manuscrito divino” que decreta “las estaciones prefijadas” de una guerra porvenir. Desmanes de “los tres arqueros”. El “cosquilleo” de “la mosca” en boca del caído. “Cadáver del enemigo” sin derecho a sepultura.

Si la muerte llega en primavera… No hay “mago” que logre “dominar el tiempo”. Ese tiempo sin más libertad que la ilusión que descarga el sueño. Acaso también una figura gemela. “El instante de su muerte”. Momento único en el que sin lugar al suicidio, el hombre se reconcilia con su laso consorte femenino. Con la que recita que “el límite son las estrellas”. Lugar de unión y utopía.

Si la muerte llega en primavera… La “fantasía” es el lugar de los muertos. Cual Antífona, en lápidas marmóreas esculpes el adiós a “muertos sin cadáveres”. La jurisprudencia niega olor a ciprés —habeas corpus— que la ficción reclama. “Compañeros nuestros que desaparecían después de las capturas o de los tiroteos de las manifestaciones. Nosotros sabíamos la verdad aun cuando no pudiéramos probarla”. Para ti, la guerra había comenzado diez, veinte años antes. En los sepulcros invisibles que calcan tus cuentos.

Si la muerte llega en primavera… Jardines y huertos —“limoneros y jazmines”— son “ahora un cementerio”. Para reunirte, juntarte a ellos, hay que “incorporarse definitivamente a la tertulia” que “el gobierno” llama “sueño”. “Los personajes de mi sueño eran” “antiguos amigos míos […] ya muertos”. La utopía es el mundo de los muertos. “Vida real” que desemboca en “víctimas de los sueños”. Ahora, al vaivén “del cuerpo astral”, ya no te amparas tú en “refugios subterráneos”.

Si la muerte llega en primavera… Es porque sueño, muerte, utopía —tus “tres consejos” virtuales (1994)— se contraponen en bloque a la “ficción” jurídica —“fusiles”, “disparos”, “desaparecidos”— que nos inventa como ciudadanos verdaderos y sin tacha.

Si la muerte llega en primavera… Te imagino cabalgando en estrellas de noche sin luna ni nube, sin tumba ni asiento. Invisible como los fantasmas que entierran los relatos. En una “vida verdadera” y celeste que sólo “nos llega después de varias muertes”. De múltiples pésames que temieron nombrar “a la madre”-patria en “pesadilla” constante, cuya única “preocupación […] nace de sus sueños”.

Si la muerte llega en primavera…

Azar

Mayra Barraza

“No cabe duda de que la vida carece de sentido” leía al azar entre las paginas de los cuadernos publicados de Cioran. Lleno de subrayados y apuntes de hace cuatro años, con la etiqueta de un delicioso Cohiba haciendo de marcador de página, me encuentro con algo que había pasado por alto. Un pequeño párrafo menciona a Baltasar Gracián y su “Oráculo manual y arte de prudencia” - justo el libro que tengo a medio leer.

Jesuita español del siglo XVII, escribió trescientos aforismos sobre lo que en su época llamarían un gobierno acertado de las acciones humanas. “Las verdades que nos importan siempre vienen a medio decir” dice Gracián. Y es que en medio de esta conjunción azarosa de personas y eventos que conforman nuestras vidas, solo podemos intentar descifrar algunas verdades para encontrarle sentido al camino escogido.

Curiosamente, Cioran compara el tono del “Oráculo” con el del “Tao Te Ching” (El Libro del Camino y la Virtud). Lo que me lleva a pensar en otro texto chino que sin embargo esta basado en un pulcro sistema algebraico: el I-Ching o Libro de las Mutaciones. Tres monedas se tiran al aire. Cara o cruz tienen un valor numérico asignado, la suma de esos tres puede dar una de 4 combinaciones. Se tiran las monedas seis veces y listo. El universo deja de ser avasalladoramente infinito y se reduce a un espectro de 64 posibles respuestas.

Mi última consulta - desatada por una incertidumbre paralizante - dio como resultado la siguiente respuesta: “Si ya no queda a donde uno debiera ir, es venturoso el regreso. Si todavía hay algo entonces es venturosa la prontitud.”

Queda claro, el mundo no es solamente un confuso laberinto de preguntas y encrucijadas, sino también de respuestas. Pero cuando por caprichosa suerte la respuesta coincide en perfecta sincronía con la pregunta y nos encontramos en sublime felicidad, no queda nada más que dejarse llevar.

Publicado en La Prensa Gráfica, Noviembre 2004

Divagando

Rodrigo Peréz-Nieves

A los doce años entendí que era mejor ser mexicano que chapín. Me encantaba el Memín Pinguín, mi héroe favorito era Kaliman “el hombre increíble” junto a Solín; algunas veces cuando había dinero, comíamos productos mejicanos traídos de contrabando por el Suchiate (los vendían en el mercado del pueblo), no había productos como los de México decían.

El himno nacional era todo un dilema para mí. Siempre me obligaban a cantarlo los lunes en el patio de la escuela. Pero en cambio la tonadita pegajosa del himno de los Estados Unidos Mexicanos, siempre sonaba cuando estaba relajado viendo televisión sentado con otros niños en la tienda de la esquina pagando dos centavos. En los inicios de los sesenta las múltiples victorias de los mexicanos en las Olimpiadas me hicieron escuchar su himno una infinidad de veces. Lo tarareaba cuando estudiaba, caminaba y hasta cuando iba al baño... “mejicanos al frente de...al sonoro rugir del cañón...” ¿Por qué nunca se escuchaba el himno guatemalteco?, mi inocencia no me permitía entender que el éxito en el deporte no es una característica de los chapines.

Después no entendía porque la bandera del Guatemala era tan simple: azul como el cielo y blanca por la paz, me decía mi criolla profesora de Sociales de pelo rubio teñido. ¿Por qué no tiene color rojo, eso la haría ver más espectacular? ¿Por qué no le ponen un cóndor matando una culebra, eso sería más divertido? No, era sólo azul y blanca, sin cóndores, sin serpientes.

Pero mi máxima frustración fue cuando me dijeron que el Quetzal era nuestro símbolo patrio ¿Un Quetzal? Pero no es veloz, no es fuerte, no caza otros animales. Sólo come y exhibe su cola. No es como el águila que vuela y caza.

El primer Quetzal que vi, estaba disecado en un museo. El patriótico Quetzal estaba amarrado a un árbol rodeado de flores de papel llamada “la flor nacional”. Y con eso debíamos demostrar patriotismo.

Sin embargo, un día comprendí la terrible realidad de mi nacionalidad. “Hijo uno no escoge de qué país quiere ser, vos sos guatemalteco, para bien o para mal, me dijo mi mamá siempre tan paciente y cívica con mi educación”. ¡Puta ¡ me dije, ¿entonces donde está mi libertad?, Y volví a escuchar la voz de mi padre y del abuelo: Si querés escuchá marimba, si te gusta Mozart gózalo, o escuchá lo que te dé la gana, eso del folclor es únicamente un interés espurio de las clases dominantes, no es libertad. Libertad es no tener himno, ni patria, ni bandera. Libertad es que te dé lo mismo haber nacido en Guatemala, en Cuba o en Timor, porque donde nacés determina tu bagaje, no tu destino”.

A los quince años ya no quería ser mexicano, mi pelo indomable, mis ojos marrones, mi idioma un español chapuceado y mi sentimiento era la de un enclenque socialista tercermundista. A esa edad se me rompió el corazón, a esa edad perdí la fe, a esa edad empecé a ser humano. Muchos sabíamos de las reuniones clandestinas de los grupos de izquierda (había más grupúsculos de partidos que militantes) al cabo de media hora de discusión se establecía una extraña pugna por ver quién era más rojo, una confesión de patriotismo a nuestro modo, porque nadie quería quedarse a la derecha de nadie.

Algunos de aquellos conmilitones que de ninguna manera consentían que alguien pudiese posicionarse más a la izquierda que ellos, de tanto doblarse son hoy patriotas que gritan soflamas incendiarias en el Congreso o en los medios de comunicación de la derecha imaginativa al servicio de los de siempre, sin solución de continuidad. Cuando oigo y leo lo que dicen hoy, y vuelvo la memoria a sus discursos de ayer, me recuerdan esas fotos en blanco y negro tomadas en las montañas a la par de Otto René Castillo. Y me cuesta pensar que son los mismos. Los mismos patriotas que se han cambiado de patria.

Ahora ya pasé el medio siglo, el Muro de Berlín fue derrumbado, la Perestroika trajo abajo la unión Soviética, la izquierda regresa en algunos países poniéndonos a soñar de nuevo con utopías, Cuba continua en pié a pesar de los ataques y Estados Unidos sigue buscando amigos con quien jugar en guerras desiguales. Ya no me autoseñalo ni me autorecrimino ni me siento fracasado. Lo que hice o dejé de hacer para mí fue lo mejor.

Me dicen ahora que mi pensamiento debe ser liberal y globalizador y va en contra de mi emoción cuando era adolescente de ser un antiimperialista de sentimiento y socialista de convicción. Ahora ser patriota es quien se coloca a la par de Acevedo el líder magisterial, y grita consignas contra quiénes quieren quitarle la máscara, ser patriota es el que se pone en posición de "firmes" cuando oye el himno nacional, o mira al cielo, es patriota el que dice que no negocie con Cuba o Venezuela, son patriotas quienes se llenan los bolsillos suyos y de sus familiares a costa de los impuestos del pueblo, son patriotas quienes justifican los pronunciamientos militares, es patriota el que busca medallas con el dinero publico, es patriota el que habla mal de su país, dentro y fuera de el, es patriota quien cede terreno publico para centros de enseñanza privados y homófobos, es patriota quien miente a sabiendas para buscar beneficio propio, es patriota quien privatiza lo publico para darlo a los amigos, en fin, al menos yo tengo claro quien o quienes son "patriotas: La patria, la bandera, el honor, el enemigo, etc., son mentiras que el poder utiliza para seguir viviendo de puta madre a costa del "tonto de la bandera".

Ya a estas alturas ya no sé ni que debo creer. Soy consciente que de que soy un chapín, sin remedio ni redención. Pero en este momento no soy más que un guatemalteco que espera que los corruptos diputados aprueben el ALCA con la misma expectativa de cuando a los 12 años supe que el Circo vendría a mi pueblo. Es lo mismo lo que les pasa a ustedes amigos centroamericanos, ¿no creen?

Andanzas:

En la IX Bienal de Arte de La Habana
Jorge Albán Dobles

En el Malecón de La Habana una pareja ahoga en ron sus celos por un sol que cada tarde coquetea con el lado capitalista del mar. Y es que, últimamente, todos los mares y soles se confunden. Para esta Novena Bienal de La Habana cientos de galerías no oficiales operan abiertamente, algo impensable en ediciones anteriores. Si McDonald's vende ensaladas&...;, ¿por qué no puede La Habana sacar partido de sus espacios de cuestionamiento a la oficialidad?

Infinidad de galerías individuales compiten por el éxito comercial de su único artista. La Habana, sede de la Bienal que no se rige por parámetros de mercado, aparece saturada de galerías comerciales. Nada de malo en querer prosperar, pero ¿quién inventará nuevos usos para el arte si aquellos que tienen la imaginación por oficio dedican su energía a producir bienes de consumo para el mercado?

A diez kilómetros de allí, en Alamar, la mayor ciudad satélite de la Revolución, otros cubanos y cubanas se reúnen cada martes y jueves desde hace años, para conciliar poemas de Martí con música de Joplin y estética Dadá con música Trova. El colectivo OMNI Zona Franca, existe porque una comunidad de trescientos mil habitantes, abortada económica y culturalmente de La Habana tras la salida de los soviéticos, halló en el rap, la poesía concreta y el arte mural una forma de transformar sus calamidades en venturas.

Los de OMNI meten bulla tanto sonora como social. Su arte de mística urbana los ha llevado hasta la cárcel; y su participación oficial se debe a la tenacidad de la investigadora Dannys Montes de Oca. Entre las acciones de OMNI se incluyen añadir bancas postizas para que la gente converse frente a frente en las largas esperas del autobús, formar cadenas humanas para transportar ladrillos grabados con mensajes de esperanza de un lado a otro del barrio, y ritualizar en plena vía pública una labor cotidiana, como el manicure, práctica de subsistencia para la artista Natividad Soto.

Bajo el lema de Dinámicas Urbanas, esta Novena Bienal de La Habana reúne obras de más de 400 artistas, apenas 129 de los cuales son oficiales. Entre quienes fuimos invitados a participar en el evento teórico paralelo a la Bienal, surgió un consenso en el sentido de que los proyectos más interesantes no solo representan, sino que intervienen o provocan activamente dichas dinámicas urbanas, revelando lo artificial de la barrera construida por el mercado, instituciones y artistas, entre la práctica de la vida y la práctica del arte.

René Francisco es uno de esos artistas cubanos no oficiales presentes en la Bienal. Desde hace años, de manera afín a Joseph Beuys, investiga dónde termina el ejercicio del arte y empieza aquel del sacrificio ritual. Su trabajo en la barriada marginal de El Romerillo consistió en entrevistar a 44 vecinos y vecinas para determinar las tres personas más desamparadas y a las que el destino no había dado lo que se merecían. Procedió entonces a satisfacer sus deseos, ya fuera una cocina a donde llegue el agua potable para que la anciana "sobadora" Rosa pudiera lavarse las manos, o un patio en el que Nin lograra asolearse desde su silla de ruedas. La hermosa documentación en video del proceso de investigación, convivencia y construcción, proyectada en las calles del barrio, se vuelve una poderosa afirmación de la solidaridad humana.

No todas las efímeras dinámicas urbanas que atrapa esta Bienal corren con tanta suerte. Muchas terminan aplastadas o con las alas rotas al pasar del cálido circuito urbano al frío espacio de exhibición. Así sucede con la instalación del North Front Street Project de Belice, o el trampolín modernista sobre una piscina de basura del cubano Franklin Álvarez. Los excelentes videos del costarricense Alejandro Ramírez fueron implementados de manera correcta pero algo ascéptica.
y
La obra de Karla Solano enriquece sus capacidades de evocación al cubrir uno de los pocos muros de la Habana Vieja que se prestaron para ello, con la foto digital de un íntimo fragmento corporal. Gran parte de las obras expuestas son documentaciones en foto y video de dinámicas en otras ciudades. Esto sugiere el uso de tecnología digital de baja intensidad para la investigación y difusión de futuras ediciones, especialmente ahora que el Software de Fuente Abierta se plantea como alternativa real al software comercial. Integrar la plástica contemporánea a los nuevos medios y al arte-información permitiría a la Bienal de La Habana recuperar el liderazgo investigativo de décadas pasadas y la eficiencia comunicativa de los medios electrónicos del presente.

Museo/Internet

Luis Fernando Quirós

Quisiera rescatar de mi última visita al museo, aquella obra de arte que no logro hoy evocar porque talvez no me ancló a sus aguas, o quizás por (in)significante -en ese momento-, resultó ser ininteligible para mi comprensión. Sucede, ir al museo es como buscar una página en la red pero que no se logra tener acceso, pues no se recuerda cómo se ingresó a esa esfera de comunicación, donde uno se (in)forma. La verdad es que nunca sospecharemos qué nos va a impactar; la única certeza es que en tanto busquemos, se encontrará. La misma pregunta que hagamos a la red o a la obra de arte, dejará pasar nuestra ojeada para llegar hasta esas estratificaciones que uno anda cavando para saber.

¡Cuánto se me parece visitar un museo de arte contemporáneo a entrar a esos amazónicos parajes que llamamos Internet! Se trata de encontrar un rizoma donde en un intrincado vórtice que se bifurca, se llega a donde quiera que nos lleve el motor de búsqueda, y de repente… se abre lo que nos desvelaba por encontrar. Así es la red, así es el museo.

Pero no todo es pura fascinación, también ante nuestra vista y paciencia aparece lo pueril o apabullante, que desde la primera ojeada nos intranquiliza. ¡Sí! Por un lado se nos administra una medicina en su justa medida y en el debido tiempo, pero por otro arremete la estocada que nos deja patidifusos. Este asunto no deja de desestabilizarnos y por lo menos a mí me mueve a anotar en los bordes de nuestra contemplación, un nombre, una dirección, una pista; ¡todo por si acaso!

En esas miradas a las salas de un museo de arte actual nos percatamos, por ejemplo, de la existencia de hordas terroristas: como bombas humanas abren el pecho para no sólo dejar ver su corazón sino que, como siendo nosotros mismos terroristas nos metiéramos dentro de su carcasa. Se repite la historia, lo que yo hago, me hace, ¡la mano que dibujo me dibuja a mí mismo! Otros enlaces quizás, aráñidos, desde el primer paso que damos hacia su territorialidad nos atrapan entre pegajosas hiladuras. Además encontramos a los herméticos, a los sinuosos y a los colapsados entre las costras de lo temporal: van y vuelven sin que suceda nada. O, quizás, no interpretados-pues como dije antes no advirtiéramos anclaje alguno-, huellan para no desvanecerse del frágil manto de la memoria. Este tema hoy día sería algo fatal: lo peor que le puede suceder a un artista o a una página de la red, es que sencillamente desaparezca sin que nadie pusiera su mirada en su presencia.

El Museo tanto como Internet, afinan la virtud del don de ubicuidad: ser y estar donde se debe; existir, estando presente dondequiera: eso mismo lo permite el arte y es paradigma de Internet. Pero además nos requiere ponernos en el crisol para dar temple a otro importante don: a nuestra capacidad humana de discernir al aguzar esa ojeada recíproca que en tanto miramos nos mira a través de un protocolo de pertinaz persistencia. Es fundamental agudizar la intuición hasta arribar a un estado de “insight”: ante tan abruptas escolleras de la red y del museo, mejor cavar túneles y volcarse a la minería para llegar a lo que pesa al costo del tiempo actual.

2006

Claribel Alegría

Sísifo

Subo la cuesta
asciendo
avizoro la cumbre
un guijarro
un granito de arena
y resbalo otra vez
hasta el comienzo.

Mauricio Castillo

Grabados
Monotipos







Miguel Huezo Mixco

Al perro me lo imagino
Poesía por entregas (2/5)
Fotografía de Mauro Arias



Dos perros

Dos perros somos
Demasiado mayores
Yo para ella
Ella para su edad
Y esa herida nos alienta
Somos un perro y una perra
que muestran
el espárrago sordo de un profeta
y un monte negro
Nadie mira la niña triste
que juega con sus ojos
sino a una perra
O a un hombre de lo vivido
Un perro solamente
ciego y roto
Dos perros mugrosos perros
El galán sarnoso y espermático
La cómica perra con la manga en celo


Me espantan como al caballo

Crueldad lunática
de las mujeres
sobrevoladas por una nube rosa
Dueñas de unas manos que colman confiadas
por siempre a su gracia dispuestas
de mis tinieblas hacen provecho
Me espantan como al caballo
que las contempla
cercado en su huerto
Cómo me parezco a vosotras ingobernables
admirado de vuestro deseo sabio
sea que llamen del manantial
o la profundidad del heno
Y tengo ya cien años de follaje


Cuatro, cinco pechos

La mata oscura
Nada que recuerde el sigilo
El cuerpo vuelto un puerto
El puerto un ancla
Un cuerpo que abandona y vuelve
vuelve y abandona
Y cubriendo su corazón
como un apasionado queque nevado
Dos pechos perfectos
-- Como los de cierta mujer azul
a orillas del lago Cocibolca
-- O los retoños
erguidos en un tiesto
frente a un enrojecido sol en la rada de Pireus
-- O las rosas
de una profesora de párvulos
en el cantón Guadalupe
-- O las tunas
sobre las que un águila cae en el zócalo en el D. F.
-- O los biberones
de una niña que espanta pericos
en el borde donde el Lempa corre de pie
-- O las narices de zorra aspirando el aire
en esta pequeña habitación de actriz volatinera
Los pechos de esta mujer
con la que malvivo


Invierno en la Colonia Lincoln


Ahora recuerdo un silencio blanco como jabón
Fue un largo y lluvioso invierno en la colonia Lincoln
cuando te mudé la piel
te cambié la lengua por unos siglos
Tardó el final
Pensé
dos semanas seis meses un año
ya nos aburriremos
la pescaré con otro
(«--sentiré el olor de sus axilas en tus pechos
y será el final»)
Peor
Enloquecerá por otra mujer
irá con ella a la cama
me humillará en la ducha
Pero nada
Nada consiguió separarnos
Al final deseaba que te largaras
«Vuelve a ese inmundo país de caudillos y
malhechores
vuelve a tu remota casa en Estelí»
Faustina
Ahora recuerdo aquel silencio blanco y hondo como jabón
Levanta tu mirada sin reproches desde el fondo de tu vaso
Fue un largo y lluvioso invierno en la colonia Lincoln
Tú vaciabas en la cama el bolso atiborrado
de amuletos polveras carmín
cosas de putas
El musgo pintaba en el patio un mapa desolado
Tu habitación criaba hongos
Las flores se deshacían bajo los chaparrones

La P-41 de Adrián

Tránsito y permanencia
III Salón de Dibujo
Sala Nacional de Exposiciones
Mayo 4 a Junio 4, 2006


Testimonios /Carlos Cañas /Tinta china

Testimonios/ Carlos Cañas/ Tinta China

Testimonios/Carlos Cañas/Tinta ChinaMerlina/Boris Ciudad Real/Mixta

Casa Munguía/Roberto Melara/Plumilla


Equilibrio de la vida 2/Jaime Laínez/Tinta China sobre papel

Elementos cotidianos/Mario Chicas/Grafito sobre papel

Mundo sincero/Saúl Ayala/Plumilla

Postura II/Sofía Viaud/Tinta China

Hacia el futuro/Francisco Artiga/Tinta China

El bebé Cadejo: Bajo lo faroles del carro en el momento en que mató a su padre (De la serie Nuevos Mitos)/Rosario Moore/Carboncillo

Al infinito y más allá

Salvadoreño en Paris: La diablesse dans le miroir es el título en francés de la obra de Horacio Castellanos Moya, puesta actualmente en escena por Marie-Madeleine Burguet y Jacques Décombe en el Théâtre Du Nord-Ouest de Montmartre.
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Mientras esperan el estreno del Código DaVinci miren del otro lado del espejo parisiense, en el Museo del Louvre, La Gioconda sonríe enigmática.


http://www.louvre.fr/llv/oeuvres/detail_notice.jsp?CONTENT%3C%3Ecnt_id=10134198673226503&CURRENT_LLV_NOTICE%3C%3Ecnt_id=10134198673226503&FOLDER%3C%3Efolder_id=9852723696500816&bmUID=1147571872453&bmLocale=en

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Rusticatio: nueva revista literaria guatemalteca - dirigida por Alan Mills - de estilo retro y aguzada selección de textos.

http://www.rusticatio.com

Color local


La historia se repite para aquellos que ignoran su pasado, y las revistas culturales no escapan de ello. Interesante recuento de los diversos esfuerzos en el género, gracias a la imprescindible Ruth Gregori de El Faro.

http://www.elfaro.net/secciones/el_agora/20060417/ElAgora2_20060417.asp
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Retrasos en sus pagos, ausencia de nivelación salarial desde hace más de 10 años, ausencia de seguro social, equipo y uniformes en mal estado son algunas de las más que justificadas demandas del paro laboral de los trabajadores de Canal 10. Con esa lista, se ganan el título de mártires de la República por esperar tanto antes de protestar.
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Con un plan ambicioso de trabajo se inicia Francisco Centeno (Costa Rica 1960) como nuevo director artístico de la Escuela Nacional de Danza.

http://www.elfaro.net/secciones/el_agora/20060501/ElAgora6_20060501.asp
https://www.laprensagrafica.com/cultura/475920.asp
http://www.elsalvador.com/noticias/2006/04/27/escenarios/esc1.asp
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La moda blog de mano de salvadoreños que piensan (con justa razón en algunos casos) que tienen algo importante que decir.

De rumores y risas

A medias de arte
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Fucsia, verde, amarillo, negro, blanco, canela son los colores que entrelazados inundan el jardín interior del Museo de Arte de El Salvador (ENMARTE?). Es la obra de arte contemporáneo a medias con medias corridas y cosidas unas a otras de la artista Casi Sabel “Murmullos incomprensibles de arte”.
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En la realización de la obra plástica participaron quienes quisieron ya que Sabel estuvo recibiendo pantimedias en las instalaciones del museo (hombres incluidos aunque se extrañó de la ausencia total de ellos). A cambio, la artista regaló un manicure a cada una de las donantes. La artista relata que contaba ya con un surtido amplio donado generosamente por las señoras de la Junta Directiva de dicho Museo, pero aclara que no hubo para ello necesidad de manicures previos.
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Sabel utilizó pantimedias usadas, en las que está impregnada la historia de las mujeres que las llevaron puestas. Para ello recogió en una semana las medias de salvadoreñas y las puso a remojar en desinfectante, detergente, suavizante y luego aromatizante.
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Al finalizar la inauguración dijo la artista: “con las luces encendidas, mañana, se verá mejor”.
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Cuestionado sobre la calidad de la obra presentada la directora adjunta de Coordinación de relaciones públicas contestó: “lo importante ha sido el proceso. Hemos logrado que 40 mujeres se acerquen al Museo a hacerse un manicure a cambio de su donación de panties usadas”.

La crema y nata del mundo del arte contemporáneo se hizo presente el día de la inauguración. Entre los asistentes, Lola LoveSlave, pintora de gran trayectoria, con una mueca de disgusto tarareaba “the world goes around and around and around”. Textualmente dijo: “es un buen esfuerzo, pero ay niño, si es que si has viajado y sabes algo de arte podes ver que esto se ha hecho uuuuuuuu hace años en Eu-ro-pa”.
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La muestra permanecerá abierta hasta el mes de julio.

Voces

Hola, un cordial saludo a todos. Soy periodista y escritor colombiano. En la España de la transición recalé en la orilla satírica de la literatura. En los ochos años que viví en Barcelona, escribí tres novelas. De regreso a Bogotá, después de innumerables intentos en las editoriales locales, opté por la web para empezar a publicar mis obras. En este link encontrarán mi novela “Festín”, http://www.elaleph.com/libros.cfm?item=761659 donde pueden leer el primer capítulo. Espero que disfruten su lectura y tengan algo que decir. Abrazos, Gabriel Pulecio 08.05.2006
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Te invito a suscribirte a ISLA NEGRA poesía y narrativa breve, en word por mail y gratis. No es web, ni foro. Isla negra esta incluida en el Directorio Mundial de Revistas culturales de UNESCO. Podes comunicarte a impaglioneg@yahoo.es (poeta y periodista argentino). También podes visitar nuestro blog: http://isla_negra.zoomblog.com/ Si te interesa tambien recibir la versión en italiano, Isola Nera, como así también la revista en lengua sarda, Isola Niedda, podes escribirle a Giovanna, escritora italiana, a mulasgiovanna@hotmail.com Difundila entre tus amigos que gustan de la poesía! Si te interesa Ilha Negra, en portugués, podes escribirme a impaglioneg@yahoo.es Saludos cordiales desde Sardegna. Gabriel Impaglione 02.05.2006
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Amigas y amigos, les comunico que ha nacido la revista web de poesía: Rusticatio (http://www.rusticatio.com/rusticatio/). Esta publicación busca proponer lecturas de lo mejor y más consistente de la poesía hispanoamericana actual, en un marco de diseño de vanguardia y con componentes experimentales en nuestro contenido. Esto último no evita que también busquemos proponer revisiones lúcidas de la tradición e integrar diálogos inter-estéticos, inter-generacionales e inter-nacionales desde una plataforma crítica.
Rusticatio es un proyecto hispanoamericano con epicentro en Guatemala, del que participan numerosos poetas, ensayistas y académicos del mundo de habla castellana, principalmente latinoamericanos. En nuestras páginas encontrarán creación poética, ensayo, entrevista y reseñas sobre poesía, buscando presentar un buen porcentaje (85%) de material inédito. Al mismo tiempo incluiremos poesía hecha con soportes no textuales, ensayos sobre géneros o disciplinas tangenciales a la poesía e intentaremos proponer siempre la lectura del e-book de algún poeta, buscando así el acercamiento de la obra de los creadores emergentes a nuestros lectores.
No está de más anotar que la realización de esta revista no hubiese sido posible sin el apoyo y la visión creativa de los colegas de Ideactivapublicidad (http://www.ideactivapublicidad.com/), quienes suplieron, con su trabajo, las carencias de un medio cultural que no provee mayores incentivos a la poesía y su difusión. Y también sería inconveniente quedarse sin anunciar que Rusticatio no pretende constituirse en un simple proyecto aislado, sino en parte de una estrategia más amplia de promoción y socialización de la literatura.
De momento puede ser considerada la actual presentación de la revista como una versión 0.5, pues todavía estamos por hacer cambios que permitan una mejor y más amable navegación: un índice de contenidos que pueda ser localizado por buscadores, un mapa del sitio, página de links, sección de noticias y nombre para los botoncitos del teléfono. Además serán pulidos algunos detalles de diagramación para quedar totalmente listos.
Al entrar al sitio Rusticatio hay que clicar en "Entrar". Luego pulsar cualquier botón del teléfono, los cuales titilan en verde. A nombre del equipo de la revista Rusticatio les invito a que disfruten esta experiencia y a que se animen a caminar con nosotros el presente recorrido.
Un saludo muy cordial, Alan Mills, Director revista Rusticatio Guatemala, Centroamérica 26.04.2006


un abrazo, dos limones, tres besos, cuatro limones... Alegría tiene visitantes hermosos y queremos compartir sentimientos... http://lacasaalegre.zoomblog.com/ Además invitamos a los/as artistas a no sólo pasar, sino a dejarse impactar por el espacio de nuestra pequeña casa/hostal/residencia... Les invitamos a quedarse para crear, todo el espacio es de ustedes y para ustedes. No sólo para que el lugar deje huella en sus procesos de creación, sino también para que dejen huella. Artistas alegres ya llegaron a presentar su trabajo en danza, teatro, títeres, pintura, dibujo, plastilina, etc y no sólo eso, le han dado la oportunidad a niños y niñas de alegría de crear también y eso, como diría una publicidad por allí, de verdad que no tiene precio. Aquí encontrarán los detalles para hacer residencias o poner sus obras en venta: http://lacasaalegre.zoomblog.com/cat/5031 con amor paz, Memo y Pao, el y la alegre 20.04.2006
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Estimados señores EL OJO DE ADRIAN: A través de un gran amigo de Costa Rica, Luis Fernando Quirós he recibido su revista electrónica. Me he suscrito, me parece una muy buena propuesta de información cultural.
Desearía mayor información sobre sus editores, plan de próximos números. Me interesa difundir su publicación entre mis alumnos de Maestría en Literatura de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala.
De igual forma quisiera conocer los requisitos para poder publicar algún artículo, tengo un doctorado en arte de la Universidad Nacional de Costa Rica. Soy profesor universitario de cursos de semiótica y arte contemporáneo. Mi especialidad es la fotografía. Saludos. Miguel Flores Castellanos 17.04.2006
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Quisiera saber cómo hago para ingresar al último número de su revista cultural, me interesan unos poemas de Miguel Huezo. Gracias, Georgina Hidalgo 18.04.2006