15 abr 2006

No.11, Año 1.

San Salvador, 15 Abril 2006.


En este número:

Nada en especial
Agotados por la problemática actual (...guerra en Irak, desastres naturales, gripe aviar, violencia contra mujeres, impunidad y corrupción generalizadas, tráfico de semillas transgénicas, Evo y Bush, Bush y Chávez, la monstruosidad China, el Sida en África...), hemos decidido dar rienda suelta a nuestra imaginación dedicando esta edición de El ojo de Adrián a eso…
nada en especial.



1. Palabras de ultratumba

Salarrué (1899-1975)
Pinturas

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Elisa Huezo Paredes (1913-1985)
Poemas del libro Voces sin tiempo
“…Te veo desde un recodo
del camino que no vuelve
donde quedaron mis besos
besando tu boca ausente…”
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2. Pienso, luego existo

Los relatos de Novás Calvo
Horacio Castellanos Moya
“…La prosa de Novás es lateral, llena de meandros, con los gestos del sigiloso traidor que se apresta a acuchillarte; prosa de una rabia contenida, que a veces pareciera escrita a escupitajos…”

Duele el hombre…
Rodrigo Peréz-Nieves
“…sí, ese hombre duele; nos duele en lo mas hondo de la entraña, porque somos todos y uno y los demás y ninguno, con dolor de nadie y todos, dolor impersonal y virtual, presente y unánime…”

El centro en el norte
Rafael Lara-Martínez
“…su figura semejaba a una red, a una estrella con múltiples rayos que se extendían hacia cuatro rumbos: al este, hacia Veracruz, las Antillas y el Mediterráneo; al oeste, hacia Acapulco y las Filipinas; al sur, hacia Centroamérica…”

Museo y el tiempo, lo bello e indómito
Luis Fernando Quirós
“…Sin esta condición del lenguaje el museo sería sólo un espacio donde reina una tensa calma; el artista le confiere a ese espacio su rumor profundo desde donde comprender sus palabras…”


3. creaCción de arte


Artes Visuales
Camilo de las Flores
Dibujos
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Poesía por entregas (1/5)
Miguel Huezo Mixco
Al perro me lo imagino
“…Ladra un perro al día a la noche y su ladrido
señala mi hora
pompas de jabón que emergen de un lavaplatos
ruido de ducha manchas de aceite
venid y borrad el miserable tiempo de lo vivido…”
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Artes Visuales
Antonio Romero
Instalación y fotografías
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4. Retorno del hijo pródigo

Alfonso Kijadurías
Una enseñanza inolvidable
Crónica por entregas (5/5)
“…Toqué el timbre varias veces, ante mi última insistencia aulló un perro, un aullido lúgubre, como suelen ser los aullidos de los perros que han visto un alma en pena…”

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Mayra Barraza
Mi jardín secreto
“…Pasará una reja en la que vive una mano que le entregará un papelito de color que usted depositará en una caja de madera. Dos o tres pasos después sentirá el aire abrirse paso en sus pulmones y su rostro cubrirse de una sonrisa, sabrá entonces que ha llegado…”
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Álvaro Rivera Larios
La ciudadana del sueño
“…fui descubriendo en su aspecto, la prematura vejez de los hombres de ciencia que entregados a sus investigaciones, no se dan cuenta, sino cuando ya es demasiado tarde, que dejaron ir los mejores años de su vida…”


5. Lo que el viento se llevó

Enredados/as
Paola Lorenzana

Superheroínas
Humberto Alexis Ramírez

Binomio: dibujo/diseño
Óscar Pamio

Postales urbanas en tránsito
Paola Lorenzana


6. La P-41 de Adrián

Selección Promérica El Salvador
IV Bienal de Artes Visuales
del Istmo Centroamericano
Sala Nacional de Exposiciones
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7. Hora salvadoreña: exposiciones, conferencias, presentaciones de teatro, música y danza, cine alternativo, actualizado permanentemente.
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8. Al infinito y más allá: En el centenario del nacimiento de Samuel Beckett un adelanto de sus conversaciones con Charles Juliet; ¡Monseñor vive!, la Biblioteca Virtual Cervantes dedica su Biblioteca de autor a Óscar Arnulfo Romero; Guatemala informa: Diversidad Étnico-cultural: La ciudadanía en un estado plural, y Albedrío: revista guatemalteca de información alternativa; y lo último en arte joven de la región en la 2ª Muestra Centroamericana de Arte Emergente.

9. Color local: de todo hay en esta pedacito de viña del Señor, Ex? Empleados de Concultura protestan su destitución, un completo Menú de Degustación de poemas de escritoras salvadoreñas y un sabroso saborcillo cubano con el gran actor Jorge Perugorría en El Salvador promoviendo Ulises con y, el nuevo proyecto cinematográfico del salvadoreño Rolando Medina.


10. Convocatorias

Luis Cardoza y Aragón
Letras Nuevas 2006
Pintura Figurativa

11. Voces


Todos los textos han sido autorizados para su publicación por sus autores, y pueden ser citados siempre y cuando se haga referencia a la fuente. Textos de creación literaria sólo podrán ser reproducidos con la autorización expresa de sus autores. Si desea recibir nuestro servicio informativo directo a su correo escríbanos a elojodeadrian@yahoo.es
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287

Salarrué

(1899-1975)

Manglares
Óleo sobre tela
80 x 100 cm


La monja blanca
Óleo sobre tela
64 x 40 cm


Luna roja de marzo
Óleo sobre tela
130 x 100 cm


Monstruo marino
Óleo sobre tela
104 x 82 cm


Villano rojo
Óleo sobre tela
81 x 123 cm

Elisa Huezo Paredes

(1913-1985)

Del libro
Voces sin tiempo

Adónde

¿Adónde va el amor que se ha perdido
aire del aire en aire disipado?
¿De nube en nube en nube convertido,
eco de aroma en cáliz olvidado?

¿Dónde el temblor del astro inaugurado,
el surtidor del canto amanecido?
Gozo del pie andariego, encadenado:
¿Adónde el paso al viento recogido?

¡Quién amor fugitivo, quién supiera
en qué corola astral tu nido escondes
dejando el nido que mi cuerpo fuera!

¡Quién pudiera decir si no respondes,
cómo, pájaro-luz tu luz me hiciera
girante girasol de tus adondes…!


Canción del amor perdido

Amado de ayer y hoy,
Amado de nunca y siempre,
te vi llegar hacia mí
dentro de un sueño celeste
y tenían tus pupilas
un signo de vida y muerte,
frutos y llamas, tus manos,
lirios y estrellas, tu frente.
Y traías en la boca
el milagro que se enciende,
y tus palabras tenían
rumor de bosque y de fuente.
Amado de ayer y hoy,
amado de nunca y siempre
eras señor de mi ensueño
y vencedor de mi suerte.
Te veo desde un recodo
del camino que no vuelve
donde quedaron mis besos
besando tu boca ausente.
Y te vas por la distante
lejanía que se pierde,
el polvo de mis recuerdos
en su espesura te envuelve.
Alma y carne todavía
entre nieblas te presienten
y los ecos olvidados
a mis oídos se vuelven,
te alejas entre las sombras
del camino que se pierde
y cada paso que das
es un adiós más ausente.
En los linderos de sangre
el último adiós se quiebre,
ala rota, voz perdida
entre vida y entre muerte.


Los relatos de Novás Calvo

Horacio Castellanos Moya

Varios años pasaron antes de que yo pudiera descubrir un autor en lengua castellana que me dejara anonadado, con la boca abierta, deslumbrado por su prosa retorcida, por su osadía para hurgar en los humores más pútridos del ser humano, por su autenticidad, por su vocación de fracaso.
Y claro, tal descubrimiento tenía que suceder en medio del peor de los ruidos, de ese cascabeleo que producen las hordas de escritores cubanos: ahí, escondido, como fuera del tiempo y del jineteo literario, permanece Lino Novás Calvo (1903-1983), con esas narraciones de una modernidad apabullante, que presagian a Onetti y a Rulfo, contemporáneas de Faulkner, de quien Novás tradujo textos en una época.

“Caramba, que descubres el agua tibia”, me diría un conocedor de la literatura cubana. Pero para los lectores de fuera de la isla, las narraciones de Novás Calvo eran inaccesibles. Podía uno leer perfiles, como el de Cabrera Infante en Mea Cuba, pero no tener acceso a una representativa muestra de sus relatos. Otras maneras de contar (Tusquets, 2005, 416 pp.) ha venido a llenar con creces ese vacío.

La prosa de Novás es lateral, llena de meandros, con los gestos del sigiloso traidor que se apresta a acuchillarte; prosa de una rabia contenida, que a veces pareciera escrita a escupitajos, porque el mundo que retrata, de tan sordido, sólo puede ser visto así: a través del rabillo del ojo, con un rictus de desprecio y los músculos tensionados.

Es la Cuba pobre, negra, discriminada, delincuencial, de la primera mitad del siglo XX vista por un desencantado. Novás Calvo nació en Galicia, España; a los siete años emigró con su familia a la isla, donde desempeñó los más diversos oficios. Peleó en el bando republicano en la guerra civil española, donde quedó curado de espantos. Fue jefe de redacción de la prestigiosa revista cubana Bohemia. Y cuando llegó Fidel Castro puso pies en polvorosa.

Duele el hombre…

Rodrigo Pérez Nieves
Cuando murió don Miguel de Unamuno, la prensa difundió un artículo firmado por Ortega y Gasset, en el que decía: Unamuno ha muerto de dolor de España. Desde entonces a muchos les duele el mundo, pero no mueren de tanta angustia. Unamuno se fue sin confesar cual era la esencia de su dolor. Pero ahora lo sabemos: lo que duele es el hombre. El hombre sañudo e injusto, opresor o agresivo, que, autómata obediente a intereses ajenos, se unce al carro de los autócratas y se presta a prolongar su propio cautiverio. Lo que duele es la desigualdad y la pasión baja. Cierto es que cuando el dolor humano no nos es ajeno, no el dolor de la humanidad que a decir de Don Miguel de Unamuno, “diluye y disuelve la verdad y la convierte en la peor de las mentiras”, sino el dolor del hombre. El hombre específico, personalizado, parte inmanente de mí, indisolublemente unido a mi humanidad en cuanto tal, tiene que dolernos por su naturaleza no por su condición social, económica, étnica, religiosa o partidaria.

Lo que duele es el hombre. Y el hombre es angustia viva hoy. Porque, literatura aparte, vivimos el momento crucial en que una civilización no puede subsistir por más tiempo. Una injusticia no puede sobrevivirse a sí misma. Nos enfrentamos a un mundo exhausto, a un hombre ávido de plenitud, pero huérfano. Que ambula sin saber por donde ni anhelando qué. Y ese hombre, sí, ese hombre duele; nos duele en lo mas hondo de la entraña, porque somos todos y uno y los demás y ninguno, con dolor de nadie y todos, dolor impersonal y virtual, presente y unánime, dolor que quiere lenguas y brazos para expresarse y libertarse, aquí, allá, en todas partes, por los mil medios y contra las mil formas como la actividad humana encauza su liberación y su exterminio.

Y los pueblos golpeados por la potencia, por el “dios Bush“, crucificados entre las armas y los cementerios, pasto de los ejércitos extranjeros y de glosadores teológicos que todavía la afrentan con su escolástica, sin mirar que la escolástica – deliberación y nominalismo excesivos- revienta ahora en sangre, y de la espantosa lección de lo inerte contra la vida que antes que verbo, fue siempre acción. Como centroamericanos sentimos en carne propia el drama Iraquí que es anticipo del nuestro, no podemos contemplarlo sólo para lamentarlo o proferir alaridos, por bien entonados que sean. Tenemos una visión más alta los hombres. Los profetas siempre fueron pocos, y sus cánticos, augurios y elegías no lograron torcer el rumbo de la historia que hacían los otros; los que lograron las oscuras masas creadoras. Nosotros pertenecemos a estas. Y nuestra preocupación mide la tarea realizada y la por cumplir.

250.000 iraquíes han sido asesinados con total impunidad y ante la indiferencia del mundo y eso no es todo; además, las bestias aliadas sostienen una guerra permanente contra la cultura y la historia expresada, desde el principio, en el saqueo de los museos y la Biblioteca Nacional de Iraq. Por eso duele el hombre. Se trata de un crimen histórico del cual Bush, Blair, y su recua, son responsables inequívocos. Uno no ha de llorar la pérdida de los logros culturales por la pérdida misma, uno lamenta la perdida también por los modos de la pérdida. Toda destrucción del patrimonio cultural, si no es obra de una calamidad impredecible e incontrolable, es obra de la imbecilidad y la degradación más imperdonable. Y es que el desarrollo humano será sólo recuperable en la medida que sepamos impulsarnos críticamente desde nuestros mejores logros. Borrar eso es como romper una brújula, es como querer cancelarnos la posibilidad de encontrar una ruta de salida a esta época capitalista de miseria y muerte desatadas. Por eso es preciso luchar en el terreno cultural.

No parcelemos nuestra piedad ni nuestro voceado dolor. Que nos duela hasta los tuétanos la injusticia y la opresión, la usura, la avidez, el atropello como norma ética. Más que nunca. A punta de misiles y de balas se pone toda riqueza a los pies del imperio.

Que nos duela el cinismo desvergonzado del hombre: no importa la mentira sobre las “armas de destrucción masiva”. No importa que la mentira contenga el asesinato y la devastación. Importa que el Imperio gane.

Que nos duela la injusticia como evangelio dictado por el hombre. Jueces, leguleyos, abogados… arrodillados ante la injusticia del imperio. La dignidad de los jurisconsultos convertida en ridículo mundial.

Que nos duela la moral del cementerio. Si no eres dócil, tu lugar es una tumba. La humillación del mundo entero. De nada sirven los gobiernos, los tratados ni las voces opositoras, el capitalismo quiere estar por encima de todo.

Que nos duela la obscenidad armamentista. La razón de las armas. No importa el hambre, no importa la enfermedad, no importa la falta de vivienda, educación… importan los misiles, los tanques, los pertrechos (gran negocio) para la aniquilación de lo que se oponga al saqueo. Que nos duela el terrorismo como empresa del Imperio. Acusar a todos de terroristas, de manera preventiva, y utilizar cualquier método de exterminio. Rentable. Que nos duela la impunidad como la estética del Imperio. Gozar sin límites el placer criminal del genocidio, crear mitos nuevos, películas, cómic, play station…

Que nos duela el saqueo como epistemología del poder. Sépase, a sangre y fuego, que toda fuente petrolera (y de cualquier riqueza) será blanco de los buitres y será expropiada para escarmiento y lección universal.

Que nos duela el imperio como religión. El patrón Bush es un nuevo dios con su santísima trinidad: ejército, bancos y empresas. Le sigue la corte celestial de burócratas, clérigos, intelectuales mansos, líderes sindicales lebreles… bajo el manto del imperio la explotación es dogma.

Que nos duela la memoria histórica como estorbo. Esos pueblos que poseen historias milenarias huelen a “viejo” y a estorbo. El imperio abre paso a los muchachos nuevos, uniformados de tiempo nuevo, que vienen en defensa del capitalismo sacrosanto y bañados con perfume neoliberal con tufo de cadáver.

Que nos duela el hombre. Que nos duela, y entonces veremos como se nos aclara la perspectiva y no volvemos a proferir gritos de comparsas de ópera bufa ante un drama que pide Esquilo y no Verdi. Acrisolemos este dolor con lo que hay de mas perdurable en el hombre: la lealtad – lealtad para con los demás, y para con nosotros, para con hombres y principios-, y entonces no tendremos duda sobre el puesto que nos corresponde en la lucha del mundo. Porque si nos duele el mundo, y somos aliados de autocracias, oligarquías e imperialismos, es que en realidad, somos reaccionarios y tardígrados embozados, y lo único que nos duele es la vigencia de la rebelión salvadora en el fondo, del hombre limpio y conciente; allá en Iraq, ante la muerte en el campo de batalla; aquí en Indoamérica, frente a la muerte en la celda oscura y en la persecución taimada e incesante.

Midamos nuestro dolor del mundo con nuestro dolor de hombres. Será un homenaje a nosotros como verdaderos seres humanos. Y, por ello por sobre todas las cosas, una concepción armónica, total y definitiva de un malestar que llega ya a su clímax, que no puede seguir sin estallar, sin poner en descubierto, a sol y podredumbre, esta llaga viva que nos quema y sobrecoge, invitándonos a la salvación o a la muerte. ¡Que nos duela el hombre… ¡

El centro en el norte

Rafael Lara-Martínez

Al norte de la capital de Nuevo México, Santa Fe, hay un pequeño poblado de nombre inédito: Chimayó. Ningún libro anota su origen ni etimología. Sólo se acuerdan en señalar su difícil acceso. Se asienta entre montañas coloridas de un rojo intenso, semejante al barro. La población es escasa. Lo escarpado de las laderas que lo resguardan no permiten que el pueblo se extienda.

El único camino que llega a su centro es tortuoso en sus curvas. El ascenso el lento. La mirada se detiene en cerros yermos. En la exigua vegetación que se adhiere a la piedra. La que se alimenta de laja sólida. Crecen sin orgullo arbustos de coníferas. Matorrales que en su maraña desafían el hambre. Sólo el colorido de la tierra tiñe de matices diversos el horizonte azulado.
Lo remoto y adusto no reducen su fama. Por todo el sureste de EEUU, Chimayó se conoce como el Santuario. Es un antiguo lugar de peregrinación. Ante todo, el viernes santo, cuando multitudes de peregrinos sosegados caminan en romería cargando la cruz de su promesa. Se dirigen hacia las dos iglesias que conforman el centro disperso del poblado.

El templo menor está dedicado al Santo Niño de Atocha. El mayor, a Our Lord of Esquipulas (Nuestro Señor de Esquipulas). En una reducida cripta hay un pozo de grava castaña que la leyenda considera milagrosa. Tanto así que a pesar de los siglos de escarbarlo, el sumidero persiste a flor de tierra. Se le considera un “ojo de polvo” curativo, como en otros lugares hay “ojos de agua”.
Cuentan que hacia 1810, el Señor Bernardo Abeyta encontró la imagen del Cristo de Esquipulas que figura en el altar principal. Así lo asienta una Carta al Arzobispado de Durango (1813). La renuencia de la imagen a que se la trasladara a otro sitio obligó a los feligreses a erigirle en ese preciso lugar una iglesia.
Lo curioso de la leyenda es que omite mencionar el origen del Cristo. La historia novomexicana rastrea toda huella de lo indígena e hispano hasta el centro de México. La teoría en boga reclama la existencia de un Camino Real que recorre desde Mexico-Tenochtitlan hacia Colorado. Esa vía realenga comunicaba la capital novohispana con su frontera norteña extrema.
Sin embargo, la historia vigente jamás considera que del Valle de México salía no sólo una línea recta ascendente hacia el norte. En cambio, su figura semejaba a una red, a una estrella con múltiples rayos que se extendían hacia cuatro rumbos: al este, hacia Veracruz, las Antillas y el Mediterráneo; al oeste, hacia Acapulco y las Filipinas; al sur, hacia Centroamérica. Esta última ruta olvidan mencionarla toda historia novomexicana como su interpretación chicana más radical y reciente.
Ek-Ik-Pul-Ha, “negro viento que empuja el agua [lluvia]” al Centro. En la agreste montaña empuja el polvo. La grava teñida que brota cual líquido cristalino en la cripta. Pero su fama opaca el origen. Toda referencia al Cristo calla dónde se halla Esquipulas. La memoria es tortura. Nadie recuerda que siglos atrás, antes de iniciarse la migración obligada hacia el norte, había un lazo desconocido aún. Existía una presencia activa de Centroamérica en el norte.

Más de un siglo después de que Quirio Cataño (1598) esculpiera el Cristo Negro de Esquipulas, su imagen apareció en el lindero septentrional de la Nueva España. Ni los inmigrantes actuales lo saben. Como tampoco los habitantes novomexicanos ni peregrinos que visitan Chimayó. Porque hay hispanidades que se ignoran. Estratos paralelos sin recuerdo ni helecho.

Pero Esquipulas se desdobla, al centro y al norte. Declara que las fronteras culturales y religiosas trascienden las naciones. Los idiomas, la geografía y el tiempo. Que el centro tiene unos doscientos años de presencia en el norte. Que nuestra ignorancia y desdén por el otro significa desconocer lo que en realidad somos. Extensas globalidades que repudian su origen y antiguo arraigo.

Museo y el tiempo, lo bello e indómito

Luis Fernando Quirós
A menudo me refiero al acto de crear un objeto, funcional o no, artístico o quizás de uso cotidiano, con la actitud de dotarlo de lenguaje, colmarlo de palabras y la posibilidad de ser leído dentro de un determinado espacio, que en tanto dimensión ejerce la lectura de tiempo. El artista actual juega con dicho lenguaje, espacio, tiempo, y su compresión sugiere algo así como la metáfora del escritor: “sólo a través de él -expresa Marguerite Yourcenar en “Mishima o la visión del vacío”- podemos oír sus vibraciones profundas” (las del objeto), como se advierte en el interior de nuestra caparazón la voz interior y el torrente de sangre.

Sin esta condición del lenguaje el museo sería sólo un espacio donde reina una tensa calma; el artista le confiere a ese espacio su rumor profundo desde donde comprender sus palabras y las que ponemos nosotros como lectores e intérpretes al ver correr las aguas del río del arte; aguas que se nos escapa explicar y detener para que no se vuelvan turbias.

Saussure afirmaba que la lengua se basa en la relación, las palabras se comprenden dentro de un “sistema de diferencias” donde cada componente no es nada por sí solo, sino entra en el flujo de la palabra. El contenido que asimila depende de un encadenamiento que sucede en el tiempo y no va a ser leído en sí mismo sino que en diferido al involucrarnos en la experiencia de su fluir. Sin esta perspectiva el museo sería una frase vacía, un hilamiento sin hilar, donde los objetos serían fantoches sin ánima.

Lo temporal y la quimera

En el tiempo se vive pero este se nos rebela y esconde, diría Blachot que da testimonio de su existencia en cuanto acontece en nosotros, pero fuera de sí, se escapa a explicarlo. Así es el arte, un ensayo de la temporalidad y su lenguaje; ¿fragmentación?, ¿des-membramiento? ¿Visión futura? Se trata de una concatenación de significados que aviva el concepto que hoy como nunca, no se basta a sí mismo. ¿Estaremos hablando del “ensimismamiento” que se palpa en lo que dista entre esas capas superpuestas que se transparentan para dar cabida al gesto polifónico, tan propio de la actualidad? Al tiempo del discursar con una jerga que parasita la sintaxis e infecta el sema. A veces, escribir sobre teoría o crítica de arte me parece modelar un monigote -como el que soñó el rey Nabucodonosor sobre el futuro colapso de su reino-, figura a la cual le agregamos arcilla al antojo deleitándonos con la belleza que somos capaces de hacer, pero todo es una vaga ilusión: estamos esculpiendo un ídolo incierto que si nos creemos su hacedor, esa figura al secar, al estar expuesta a la atmósfera –otro signo de lo temporal-, con un mínimo golpe se resquebraja y reduce a polvo.

El arte y la metáfora del río

El río como noción de tiempo y diferencia, cuyas aguas corren en sentido circular, siempre hacia un cauce mayor, hacia otro caudal del cual es vertiente o hacia el océano, o tal vez lo haga hacia la nube cuando roce las piedras o al friccionar con la misma atmósfera: será nube que volverá a su estado líquido, lluvia que tornará a su incesante ritmo y aunque permanezca siendo agua no será nunca la misma. Así es el arte contemporáneo, lenguaje de la relación y la diferencia –como dijera Sassure.

Algo que me encanta del arte de hoy es no sentirlo, no entenderlo, es dejarme abatir a veces por el desánimo ante la primera ojeada a un objeto inasible; pero mientras trato de abrir mi campo de reflexión, lejos del bullicio del museo, de ese rumor de palabras de incompletud, y, mientras anoto los primeros vórtices del flujo de las aguas de la interpretación y anclaje en los márgenes de una fotocopia o un brochure, lo que era antes borroso y descarnado se vuelve hiladura y lo que era diferencia es coincidencia; como distinguió el emperador Adriano de los guardianos del arte ¡lo bello de lo indómito!

Camilo de las Flores

Dibujos y Grabados


Tratado anatómico

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Edipos modernos

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La caridad

Miguel Huezo Mixco

Al perro me lo imagino
(1/5)
Foto de Francisco Campos



“Tú, el seductor, airado can
de liviana llama entretejido,
perro de llamas y maldito.”
José Lezama Lima

La mujer de mis sueños

En mi sueño
tú eres una cabra de ubres largas
y yo un cerdo
un cerdo rojo que te persigue
En mi sueño usas otro nombre
y compareces ante un consejo de guerra
y yo llevo el nombre falso
de un capitán enemigo
En mi sueño esperas un hijo que no quieres
y yo no quiero
estar en tu lugar
En mi sueño calzas mis botas duermes en mi hamaca
fumas mis cigarros usas la misma talla de camisa
En mi sueño eres la que eres
la mujer de mi vida
y nos abandonamos por turnos
unas veces tú a mí otras veces yo a ti
Y corremos siempre a brazos equivocados
Una cabra loca
Un cerdo rojo


La perra, el lobo

Todas las noches entregaba un cordero
de mi rebaño al lobo con que me apareaba
Olfato y piel me consta estaba flaco
Pobres borregos
mojaban de miedo sus vellones
Ladra un perro al día a la noche y su ladrido
señala mi hora
pompas de jabón que emergen de un lavaplatos
ruido de ducha manchas de aceite
venid y borrad el miserable tiempo de lo vivido
Adiós
al pasto a la lluvia
al vaivén de los murciélagos bajo las noches inyectadas
con su leche
adiós a las delicias del tiempo y del sueño
adiós soles ociosos cuya luz me fascina
adiós máquina vibrante de su cola
Huelo mis huesos blancos mi carne rosa
con tenues gemidos a la sombra del árbol
entre el verde olor el soplo mi lobo
Toda la divina oscuridad mora en esos ojos
Espuma y chispa
Mi sangre se vistió con su hermosura
Come de esta vulva
Juega a sangrar entre las ásperas cobijas
Di que mintieron los profetas
Y cruje mi corazón como el envoltorio de un caramelo


Managua era una fiesta

Amanecíamos con tambores / güiros de lata
un pregón despellejado me despertaba
antes que el sol de la época
y a ciegas
buscaba con las manos
el cuerpo de Faustina Simpson
Dormíamos en los escombros
del viejo centro de Managua
al lado del templo de Santo Domingo
en agosto / la fiesta del santo
cuando los perros van a misa
Y el calor recalaba
tanto
que debíamos echarnos agua tres veces al día
Enfundada en una máscara que me quitaba el aliento
Tina prendía el abanico la música
con sus calzones
miraba mis manos amujeradas
negándose a leer
lo que sus naipes ya sabían
Una noche
perdidos o hallados ya no sé
cruzamos el barrio
la feria
las carpas
riñas de búfalos
la ciudad
sus ídolos sepultados
Quedaban sólo
Marvin Zelaya el pelotero
un semidiós erguido en su montículo de pinol
Y Carlos Martínez Rivas
(el último de sus poetas vivos)
que a esa hora
cuando Tina y yo nos metíamos en la cama
dormía la zumba
El azar y la maldad
que todo lo pueden
nos pusieron allí
Managua
tan despierta
jamás la había visto con un moño

Antonio Romero

Instalación y fotografías
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Alfonso Kijadurías

Una enseñanza inolvidable
(5/5)
Dos meses después de recibir la carta, me vi de nuevo recorriendo las calles de mi infancia y primera juventud, con la extraña y familiar sensación de no haber salido nunca, de haber sido todo un sueño de una noche de verano. Con ánimos de depararle a Fabiola una sorpresa, como la de mi silenciosa partida, me encaminé a su casa.

Toqué el timbre varias veces, ante mi última insistencia aulló un perro, un aullido lúgubre, como suelen ser los aullidos de los perros que han visto un alma en pena.

Ya cuando había decidido marcharme, vi como se abría a medias una puerta y asomaba una mujer. Era Jacinta, la vieja criada. No me reconoció en cuanto me vio, pero luego que sus ojos se familiarizaron con mi nuevo semblante, me saludó con la humilde alegría de los seres simples. Fabiola no está, me dijo, con un acento tembloroso y no regresará sino hasta la próxima semana. Se fue a Guatemala de luna de miel. ¿No lo sabía?

-No, le respondí, sin poder ocultar mi turbación. ¿Y podría decirme, pregunté, después de un silencio sembrado de dudas y certezas, quién es ahora su dueño y señor?

-Como no, me dijo, leyendo en mi rostro, mi desencanto o frustración. Don Federico Gamboa, el escritor.

Ah, bueno, respondí, con el aire de saberlo todo, y me esfumé, como se esfuman los fantasmas a pleno mediodía. Por horas caminé sin rumbo, sin prestar atención más que a los pensamientos que de una manera inusitada pasaban por mi mente como nubes tormentosas sobre un tejado caliente.

¿Por qué una mujer en la flor de su juventud, como Fabiola, me pregunté, sin hallar respuestas, jamás las encontraría, había preferido a un viejo escritor como el maestro Gamboa, de quien ya no se espera nada porque ya lo dio todo, a un escritor joven que tiene, además de la vida por delante, una obra nueva, ambiciosa, ajena a las trampas de la mala fe, que con exigente sintaxis y carentes de errores gramaticales, esconden escritores de la talla del maestro Gamboa?

Muchos meses han pasado desde entonces, el maestro Gamboa goza de excelente salud, pareciera que el matrimonio con Fabiola le ha sentado de maravilla, por medio de la prensa, me he enterado de que su novela La Manipulación mereció el primer lugar en el certamen anual de novela, celebrado en Lyon, Francia. Él, que tanto maldijo a la musa mercenaria y tanto conjuraba a los escritores que someten su obra al juicio caprichoso de un jurado senil.
Al maestro Gamboa, le agradezco, de todo corazón, haberme dado las llaves para abrir las miles de puertas que sólo se abren a quienes como yo defenderán -hasta la muerte- el ámbito soberano de su soledad. Sin sus enseñanzas, jamás hubiera comprendido que escribir no solamente estriba en el riguroso ordenamiento de las palabras o inyectar de complejos vitamínicos el cuerpo muerto de la literatura, sino en la trascendencia del espíritu mismo, en su mayor aspiración, la de ganar, por la renuncia, incluso del nombre, ese lugar sin límites, que de tanto nombrarlo, vulgarizarlo, ha perdido su sentido. El destino me puso al maestro en mi camino, bendito sea.

Mayra Barraza

Mi jardín secreto


Les contaré un secreto. Tengo un pequeño jardín en la ciudad que habito. El Jardín Botánico le llaman algunos pocos que lo conocen y no saben. Cada vez que lo visito me esta esperando con algo nuevo que mostrar. Nunca repite los mismos colores o la misma luz.

Para llegar a él debe pasar por inmensas autopistas y pasos a desnivel a las angostas calles y casitas de teja de Antiguo Cuscatlán. Luego debe entrar sigilosamente a una zona de furgones gigantescos, fábricas de lamina y concreto, y chimeneas que despiden humo oscuro. La Laguna se llama esa hondonada industrial, aunque no vea agua por ningún lado. Allí a un lado, verá un paredón verde de vegetación, surcado a lo alto de manera permanente por un halcón blanco. Pasará una reja en la que vive una mano que le entregará un papelito de color que usted depositará en una caja de madera. Dos o tres pasos después sentirá el aire abrirse paso en sus pulmones y su rostro cubrirse de una sonrisa, sabrá entonces que ha llegado.

En mi jardín secreto habitan algunos de mis recuerdos del lugar, permanecen ahí también recuerdos de tiempos por venir aun por descubrir. Alguna vez, hace quizás un año, recuerdo haberlo caminado de la mano del amor escoltados por una sombra. Ese recuerdo esta ahí aún entre los gigantescos bambúes y el murmullo del agua en el fondo.

La mayoría de las veces lo he recorrido en compañía de mis hijos. Mientras yo avanzo lentamente ellos van y vienen correteando por las veredas. Van y vienen. Van y vienen.

Una vez llevé a una querida amiga. Quizá no era el lugar indicado pues ella quería conversar y mi jardín es para caminar en silencio. Sin embargo descubrimos juntas a la pequeña Estrella de Belén, una flor del tamaño de la palma de mi mano de cinco largos pétalos blancos. Descubrimos también una inmensa flor, escandalosamente roja, grande y volátil naciendo de la áspera corteza de su árbol. Nos deleitamos en el poder evocador de su nombre: Rosa de la Montaña Gigante.

Un poeta quiso invitarme a ver las orquídeas alguna vez, a lo que me negué rotundamente temiendo fuera un ardid de seducción. Ver y oler el aroma de una orquídea en compañía de alguien tiene el poder de convertirles en una sola persona y mi corazón pertenece a otro ya.

Una tan sola vez tome una visita guiada. Había convocado la Asociación de Palmeras y Cicas Salvadoreñas. Pacientemente nos llevaron a todo el grupo a su respectiva sección del jardín para explicarnos que las distingue de otras plantas y mostrarnos la cantidad de formas y tamaños que existen.

La última vez que visite mi jardín secreto fue hace tan solo unos días, después de la primera lluvia copiosa del verano. Resplandecía de verde y se intuía sobre el piso de tierra aún húmedo las carreras de insectos, algunos que brotaban a la vida y otros preparándose seguramente para afrontar el anunciado invierno.


Mi hijo mayor ya no ha querido acompañarme esta vez, prefiere quedarse por casa haciendo sus propias cosas. Me ha acompañado Tito el menor, y juntos hemos descubierto un pequeño brote en el árbol de cacao, la fruta del árbol de pan, la Floripundia rosada y blanca, pequeños corazones verdes a rayas cubriendo el suelo, la piedra en el camino, la piel bronceada del guayabo, el cielo azul a través de las ramas de un árbol que comienza a retoñar y los pequeños peces multiplicándose sin fin en el estanque de ninfas.

Álvaro Rivera Larios

La ciudadana del sueño

A Asun



Mi mujer protesta y reclama hasta en los sueños. Anoche soñó que nadaba en una piscina corta, irregular, donde sus brazadas no hayaban acomodo. Se sentía fatal porque le habían cobrado por nadar en una bañera. Y lo que hizo fue hacer lo que hace cuando está despierta y en una situación semejante: reclamar por el mal servicio. No sabe si el encargado de la piscina le devolvió el dinero, pero sí que le puso las cosas bien claras.

Así se las puso a una pareja de policías en la frontera con Guatemala, hace unos años, a raíz de un intento de robo del que salimos con una mochila rajada, pero sin lamentar otra perdida.

Ahí la veo menuda, aguerrida y plantada ante los dos agentes como si fuese más alta que ellos. -¿Le han robado algo señora?, preguntó uno de ellos. No, contesta mi mujer, pero ustedes están aquí para proteger la integridad de nuestros bienes y nuestra mochila está rajada.

A la gente que nos rodeaba le costó comprender que incluso un malogrado intento de robo era agresión y que en la suerte de un objeto de uso tan vulgar, la mochila ni siquiera era de marca, una persona podía delimitar el perímetro de su integridad y sus derechos. Pero si no es nada, dijo una señora en voz baja. Por suerte mi mujer no la escuchó.

Ella es una persona que si ve basura tirada en la calle maldice a la mala educación, pero no se queda ahí. Si tiene tiempo se va a alcaldía y le recuerda al funcionario implicado que ella paga puntual sus impuestos municipales.

Al principio trataba de calmarla, me sentía incomodo con ese talante suyo tan sensitivo. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que vivo con una ciudadana que por reclamar sus derechos ya los reclama hasta en los sueños.

Enredados/as

Paola Lorenzana


Confluir, compartir, facilitar, conectar, intercambiar, son palabras esenciales en este mundo globalizado… ningún sector queda fuera, ningún sector debe quedarse fuera. La Red Suramericana de Danza es reflejo de este deber, es producto de esa necesidad latinoamericana de unirse y conquistar el ciber espacio y utilizarlo en beneficio del sector danzario…

Ese esfuerzo ha llegado hasta Centroamérica: así nace la Red Centroamericana de Danza, un proyecto en movimiento desde sus inicios. Encuentros en Costa Rica, en Nicaragua en el marco del Festival Internacional de Danza Contemporánea, Uruguay junto a toda una movilización en “Montevideo Sitiada” en noviembre del 2005, Honduras en el contexto del Festival Bambú el pasado 31 de marzo y en Noviembre en El Salvador.

La información y las iniciativas individuales y de muchos profesionales de la danza están movilizándose por sí mismas; está compartiéndose escenarios nuevos: escenarios geográficos y virtuales, rompiendo las fronteras y confluyendo a un ritmo y una cadencia propia de paso firme pero consciente de la necesidad de apoyo y guía conceptual y de experiencias que se están supliendo con mucho empeño desde Uruguay y su exitosa Red Suramericana de Danza.

Red de información, red en movimiento, red de festivales, de bailarines y bailarinas, de grupos y compañías. Una red que se expande con la fuerza latinoamericana a través de su forma de hacer danza.

Superheroínas

Humberto Alexis Ramírez
y
El Cine Teatro de la Universidad Nacional de El Salvador, abrió sus puertas al público el viernes 3 de marzo para presentar al grupo de danza en residencia de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, y la pieza: Superhéroes Remixed gracias a la coordinación de Paola Lorenzana y el apoyo de Manuel Carcache, director de la Secretaría de Cultura de la Universidad de el Salvador.

La obra mostró un despliegue extraordinario de movimientos dancísticos y poses de acción muy vistosas que nos recuerdaron a los héroes de la televisión. Todo acompañado de versiones remasterizadas de algunos de los temas musicales de series televisivas conocidas, entre ellas: El chavo del ocho, James Bond y más.

La danza no se limitó a narrar una historia específica, sino que más bien era de carácter interpretativo dejando la comprensión de la historia al criterio de cada espectador y espectadora.

Finalizada la presentación, se dio lugar a un conversatorio presidido por la coreógrafa Sabrina Castillo, el cual sirvió para despejar interrogantes relacionadas al desarrollo de la obra. Al evento asistieron alumnos y alumnas de las carreras del Técnico y Licenciatura en Diseño Gráfico de la Universidad Don Bosco e invitados del Grupo de danza de la Universidad Nacional.

Binomio: dibujo/diseño

Oscar Pamio
y
Binomio: dibujo/diseño de Luis Fernando Quirós, Editorial VERITAS.
“Saber diseñar, como también saber dibujar, es saber estar informados”, dice Luis Fernando Quirós. Para el autor de este libro, no existe el diseño sin el dibujo, ni dibujo sin diseño. Ambos constituyen un binomio: una conjunción orgánica por donde fluyen pensamientos para contemplar, especular, crear y estar (in)formados.

Binomio dibujo/diseño conceptualiza el dibujo como herramienta para saber y abordar el aprendizaje proyectual. El diseño bidimensional -en tanto binomio- despeja la incógnita de cómo para diseñar se dibuja, mostrando un imaginario creativo multiplicador en el que “menos es más”, porque con poco que se tenga se puede lograr mucho.
Al mismo tiempo llama a la reflexión a la comunidad de diseñadores para que discutan, razonen y vean el mundo como algo inacabado que reclama su aporte personal. Ante un medio intelectual desdibujado por inmediatismos, liviandad y mediocridad, nos estimula a amar el conocimiento como fuente de crecimiento individual y de producción social.

“Una fuente generosa de conocimiento, obra madura de un destacado diseñador y docente, fruto de la reelaboración de más de 30 años de experiencia profesional, académica, artística y humana. El contacto directo con varias generaciones de estudiantes le permite presenciar el paso desde la pura manualidad al uso intensivo del ordenador, exigién-dole actualizarse para elaborar una teoría con la cual contribuir a la formación básica de los diseñadores, en un método que los dirige hacia la apropiación de sistemas de pensamiento para tejer la red de su propia y constante evolución profesional.

El diseño de productos, gráfico y la comunicación visual son aquí aproximados desde una óptica global enraizada en la realidad regional y proyectada hacia el mundo. Es, en este sentido, un libro “globalizante” que condensa experiencias forjadas en diversas latitudes para generar un nuevo rizoma en la difícil tarea de fomentar una perspectiva distinta en la formación y autoformación en diseño”.

Postales urbanas en tránsito

Paola Lorenzana

Guillermo Araujo, artista salvadoreño y Beto Rodríguez, artista costarricense se unen en Honduras para intervenir la Alliance Francaise de Tegucigalpa. El 6 de abril inauguraron su exposición: Postales Urbanas. Guillermo manda nuevamente sus más de 300 postales de viaje a impactar un nuevo lugar con el tape y el dibujo; y Beto con sus 10 propuestas plásticas que son reflejo de su visión de los niños de la calle logrado a nivel de trazos y colores intensos. Ambos tienen visiones y propuestas diferentes integradas en un mismo espacio el cual terminaron de intervenir juntos con productos reciclados y tape adhesivo al centro del espacio integrando la ciudad que les recibe: Tegucigalpa.

La P-41 de Adrián






Selección El Salvador Promérica
IV Bienal de Artes Visuales
del Istmo Centroamericano
Sala Nacional de Exposiciones
Abril 2006
Jurado: María Lovino (Colombia); Mariangela Capuzzo (Estados Unidos) y Walo Araujo (Panamá)






Manifiesto Vestido/Salarrué
Cristina Gozzini
Instalación




Sutilezas
Carmen Elena Trigueros
Coladores e hilos


Colados personales
Carmen Elena Trigueros
Coladores e hilos

Así no te puedo querer
Ana Urquilla
Instalación



Un año (Sophie Calle conoce a On Kawara)
Ana Urquilla



El tur

Danny Zavaleta
Impresión de inyección sobre lona banner
245 x 144 cms



Punto ciego (Mandala de Kalachakra)
Camila Sol
Pintura, aluminio, texto

Gallinita
Dalia Chevéz
36 fotografías, objeto cerámico reconstruido
Dimensiones variables

Trapeador
Dalia Chevéz
Madera y tela de lino
Dimensiones variables

Hora salvadoreña: 15 ABR-15 MAY

CINE LATINOAMERICANOMuestra. El siglo del viento (90´, Argentina) Dir: Fernando Birri, Lu 24 Abril; Fernando ha vuelto(31´, Chile) Dir: Silvio Caiozzi, Vídeo de familia (47´, Cuba) Dir: Humberto Padrón, Ma 25 Abril; ¿Quién mató a Pixote? (120´, Brasil) Dir: José Joffily; La ciénaga bajo la lluvia (11´, República Dominicana) Dir: Pedro González Llorente, Tina en México (77´, Canadá-México) Dir: Brenda Longfellow; Doce horas, la noche te llama (90´, Puerto Rico) Dir: Raúl Marchand Sánchez; todas las funciones: 5pm, Cine Teatro UES. +Info: 2225.8930
y
FOTOGRAFÍAExposición. Tercer ojo, artistas participantes: Romeo Galdámez, Hugo Martínez, Ricardo Clement, Walter Iraheta, Mayra Barraza, José David Herrera, Sandro Stivella, Jorge Palomo, Ana Urquilla, Antonio Romero, Amber Rose, Eduardo Chang, Gabriela Hasbún, Luis Rosales, Eleonora Salaverría, Coralia Altamirano y Carlos Fernández, Abril 6 al 30, Galería Azul y Blanco. +Info: 2245-2614
t
FOTOGRAFÍAExposición. Objetos de deseo, objetos de seducción: seis fotógrafos españoles contemporáneos, Abril 4 al 28, CCEsv.
y
LITERATURA - Recital poético. Raúl Contreras, mago de los jardines, con: Aída Mancía, Edgardo Cuéllar y Noemy Navas, Ma 25 Abril, 6:30pm, CCEsv. VIII Semana Nacional de la Lectura.

ARTE Conferencia. La propiedad intelectual en el mundo artístico por Ángel Arriaza, Coordinador de Derechos de Autor de la Dirección de Propiedad Intelectual del Centro Nacional de Registros, MARTE. +Info: 2243-6099.

ARTEExposición. Ecos y Contrastes de la Fundación Cisneros: Arte Latinoamericano Contemporáneo, Abril-Junio, MARTE.


ARTE Exposición. Sueños urbanos, pinturas y fotografías de Ricardo Clement, Abril 26 (Inaug: Mi 6pm) a Mayo 28, Teatro Presidente.

CINE ESPAÑOL - Ciclo Julio Médem. Los amantes del círculo polar (108´), Vi 21 Abril, 6:30pm; La pelota vasca (117´), Vi 28 Abril, 6:30pm, CCEsv



GRABADOExposición. Gerald Steffe (Suecia), Abril 1 a Mayo 15, Centro Arte para la Paz, Suchitoto. +Info: http://www.centroartex.org/

Al infinito y más allá

“…Posiblemente no haya sino caminos equivocados. Sin embargo hay que encontrar el camino equivocado que te conviene…” En el centenario del nacimiento de Samuel Beckett El Cultural ofrece un adelanto de la última publicación de Siruela sobre sus conversaciones entre 1968 y 1977 con Charles Juliet.



¡Monseñor vive! La Biblioteca Virtual Cervantes dedica su Biblioteca de autor a Monseñor Romero: “…una aproximación a su vida y su lucha a través de la Biblioteca de Autor dedicada a la figura de este salvadoreño que supuso un hito en la historia de su país. Pueden escuchar, en su propia voz, varias homilías, así como una entrevista y una rueda de prensa, entre otros documentos. Se incluye, asimismo, varios vídeos testimoniales de su labor por el pueblo. Finalmente, el informe de prensa del portal recoge la repercusión internacional de su asesinato el 24 de marzo de 1980.”

http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/romero/index.shtml



Guatemala informa:
Diversidad Étnico-cultural: La ciudadanía en un estado plural. Es el último Informe Nacional de Desarrollo Humano del PNUD publicado por FyG Editores.

http://www.fygeditores.com/emails/INDH/INDH2005.htm


y Albedrío: revista guatemalteca de información alternativa

http://www.albedrio.blogspot.com/

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2ª Muestra Centroamericana de Arte Emergente en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica anuncia ganadores. Los jóvenes salvadoreños Ana Urquilla y Eduardo Chang entre las menciones de honor.

http://madc.ac.cr/mambo452/index.php?option=com_content&task=view&id=91&Itemid=1

Color local

Ex? Empleados de Concultura protestan su destitución por “deslealtad a la institución”.

http://www.elfaro.net/secciones/el_agora/20060403/ElAgora1_20060403.asp
http://www.elsalvador.com/noticias/2006/03/30/escenarios/esc1.asp

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Poemas de escritoras salvadoreñas, todo un Menú de Degustación gracias a Colatino.
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El gran actor Jorge Perugorría en El Salvador promoviendo Ulises con y, el nuevo proyecto cinematográfico del salvadoreño Rolando Medina.

http://www.elfaro.net/Secciones/platicas/20060410/Platicas1_20060410.asp
http://jorgeperugorria.com/