23 ene 2011

VINI VIDEO VINCI: Alexia Miranda



Reflexiones sobre algunas dinámicas de interacción
Alexia Miranda

SAL, 1975


Vídeo performance en formato DVD, 4:09¨, 2010. Dirección, ejecución, edición : Alexia Miranda Cámara: Andrés Díaz.


La necesidad de hacer arte en lo personal nace de una necesidad ritual de resignificación de las cosas cotidianas, de mis hábitos humanos y del mundo que me rodeadice Alexia Miranda. Y es que Alexia esta presente y consciente en el mundo -en su mundo- observando, asimilando, pensando. Interactúa con todo aquello que le rodea y reflexiona a través de su cuerpo, del espacio, de la imagen y la palabra, y de la imagen en movimiento en un diálogo extenso en posibilidades.

En “Reflexiones sobre algunas dinámicas de interacción la artista se enfoca en su relación con el mundo del arte desde una mirada irónica y sentida para evidenciar las relaciones de desequilibrio y los procesos de interacción entre el ¨artista¨ y la ïnstitución¨.

Su obra ha sido reconocida con el Primer lugar en la categoría experimenta del XII Festival Ícaro de Cine y Vídeo en Centroamérica - 2009, así como en el VIII Premio de Arte Joven del Centro Cultural De España en El Salvador. Alexia Miranda ha realizado performances en espacio públicos así como en numerosos eventos de prestigio en la región como son el Festival Internacional de Performance de Venezuela - 2010 y el V Encuentro Internacional de Arte Acción de Buenos Aires -2009. MB


http://www.youtube.com/watch?v=eZTkhp0y3EM


AL INFINITO Y MAS ALLA: Le Grice, Mackern, Revox, Peluchinos




Berlin Horse


De Malcolm Le Grice (1940), esta pieza clásica de múltiples lecturas que experimenta con la percepción. Dos tomas cinematográficas de un caballo galopando en una estructura rítmica y música de Brian Eno, son los únicos materiales para un tejido barroco en loops intercalados de misteriosa belleza.


“I have come to realize that my main interest is in creating experiences rather than concepts. Ideas emerge from sensation from colour, image, sound, movement and time.” – Malcolm Le Grice


http://www.youtube.com/watch?v=LDj8Tc6259o


http://www.youtube.com/watch?v=wCGIqRVRqmU






Secreto aleatorio


El secreto mejor guardado de Uruguay se llama Brian Mackern. Hecho completamente aleatorio siendo Mackern un artista que trabaja en entornos digitales y nuevos medios, y cuya obra - prolífica, compl

eja y fascinante - se encuentra casi completa en el internet. Aquí una ínfima muestra del gigante Mackern:


http://www.internet.com.uy/vibri/artefactos/vpoesia/index.htm#


http://aminima.net/wp/?language=es&p=693







ReVox


Nuevas experiencias en la poesía sonora” es ReVox. Anne-James Chaton, Albert Balasch, Jelle Meander, Peru Saizprez, Jörg Piringer: Los poetas de origen europeo que presenta ReVox tienen en común que manipulan la voz, sea con sampleos, efectos o improvisación en sorprendentes performances.


http://propost.org/revox/edicions-revox/revox-iii-iv/


http://www.youtube.com/watch?v=Oer2Z1uY1rk


http://www.youtube.com/user/polipoesia#p/u/20/S-2-orGJrOs





Peluchinos


El “Taller ambulante de confección de peluches para todo público” de la artista Denise Huezo es el culpable de la reciente sobre población de animalitos en felpas de colores y ojitos saltones y de la consecuente proliferación de sonrisas de niños entre los 5 a 100 años. Se busca a Denise Huezo, urge sonreir.


http://tardespeluchinas.blogspot.com/2010/10/fotos-de-okii-akari.html






CA-4: Imagen y semejanza

Poeta astronauta

Julio Serrano / GUA

El poeta guatemalteco Julio Serrano Echeverría presenta el libro “Imagen y semejanza” de Carmen Lucía Alvarado como una profunda reflexión sobre la lengua desde el lenguaje.


Imagen y semejanza, Carmen Lucía Alvarado. Cultura, 2010: Guatemala.

Los hermanos Wachowski pasaron a la historia por su maravillosa adaptación del mito de la caverna, en ese sentido Matrix es a la vez un tratado de metafísica y de teoría del conocimiento, cómo percibimos el mundo y cómo lo representamos ha sido uno de los grandes temas de la cultura occidental en sus inevitables física-metafísica. De ahí que encontremos algo de aquellas sombras de la caverna en casi todo lo que hacemos. También sospecho que estaremos de acuerdo que aunque los muñequitos proyectados en la pared de aquella cueva platónica nos definan en parte, estamos totalmente conscientes que desde esta región del planeta en este momento histórico (y digamos que en muchos más) no podemos definirnos a plenitud en ese canal occidental.


Claro, henos acá escribiendo y leyendo en español, invadidos e invasores a la vez, intuyendo que somos en realidad nuestras contradicciones, nuestros mundos, de lo precolombino a lo platónico fundidos en nuestra natural, saludable y compleja locura.


Imagen y semejanza es un poético recorrido por la caverna, arte rupestre y viajera del tiempo, al mejor estilo de una poeta astronauta, Carmen Lucía Alvarado ahonda acá en la materia prima de esa gran crisis epistemológica del mundo, el lenguaje.


Se lee en el primer poema:


Empezarás a deslizarte

raíces y voces

Que te acompañarán hasta el final

De la vida

La vida que de ahora en adelante

Será sinónimo de desconocimiento.


El libro parte pues de una suerte de diálogo entre un dios y una criatura, en la que a través de un recorrido por la realidad inmediata y cogniscibile sale a flote la gran angustia que podemos entender desde la referencia a Matriz y la Caverna, en qué medida esta realidad que habitamos es la realidad y si así fuera qué es lo que hacemos cuando enunciamos, cuando nombramos o cuando no lo hacemos, qué hay en las palabras y más angustiante aún que hay detrás de ellas.


Habla la criatura:


Entonces el fracaso se acumula

Perforas papel adentro todo lo que quisiste ser

Perforas con rabia cada palabra

Grabada con todo el sentido

Ese sentido que habla tu idioma

Y que tiene un lugar reservado en la nada.


O como dice más adelante


Las palabras serán de los que se reconozcan vacíos


El nombre del libro trae su propia trampa, occidentaloides y judeocristianos (con lo que eso represente) no podemos pensar la idea de imagen y semejanza sin elaborar una referencia bíblica en la cabeza, la relación con el Dios del Pentateuco y la idea de que “fuimos creados a imagen y semejanza de”, en este sentido el libro inicia con su propia trampa, su propia caverna lingüística, en realidad esta referencia apunta más bien a uno de los principios fundamentales de la filosofía del lenguaje, imagen y semejanza, poética alegoría del signo funciona en este texto como aquel arbolito saussuriano y su significante y significado, tal como lo vemos en la portada, un Cristo contemporáneo con los ojos tapados (signo del anonimato mediático) contrapuesto a una raíz que desciende verticalmente como la del árbol. Y es que para fines prácticos ante esto que percibimos como la realidad y que irremediablemente es el punto de partida de todo lo que hacemos, solo podemos representarlo como imagen y semejanza, nombrar es delinear, nombrar es la escalera aquella del otro famoso filósofo que sugería, que una vez llegado al lugar deseado había que tirar la escalera a la mierda, el lenguaje siempre quema tras de sí sus balsas.


El personaje del libro a quien llamaremos poeta se enfrenta ante la angustia de ese otro personaje a quien sí llama el libro dios (nada sorprende que todo el libro se encuentre en minúsculas por la misma razón que ninguno de los personajes de la caverna tienen nombre propio).


La angustia toma la forma del vacío, sintetizada por el poeta cuando dice “no hay mayor conclusión que la ausencia”. Esta ausencia es el motor mismo del libro porque, para fines prácticos, la ausencia es el motor de todo, la ausencia es deseo, y ahí todos nos movemos en busca de las sombras. El lenguaje entonces trata de ser la soga con la que nos sostenemos en esta realidad, de no poder nombrar caeríamos al vacío, nombrar es organizar lo que está ahí ante nuestros sentidos, contar es nombrar, escribir poesía es nombrar, soñar es nombrar, porque el lenguaje también es el fuego en la caverna que permite la proyección en la pared como en un cine (sí, como suena, también tenían cine en esa cueva). Entonces el personaje poeta avanza en el libro tomando consciencia de su descubrimiento no del mundo, que evidentemente ya había descubierto, sino del lenguaje como esa membrana delicada que al romperse vota todo sí, pero también lo renueva.


Lo que no sabíamos era que teníamos que gritar

Porque entonces los gritos son sogas

Que sostienen los sentidos sueltos en la calle


Dios y el poeta van entonces dando cuenta del universo, del tiempo, del espacio, de las calles cotidianas y de su sombra, es decir, cada paso que damos es el paso anterior al último paso, no hablamos acá de la muerte, que es otro signo más y como tal otra representación de los sentidos, hablamos entonces nuevamente del vacío


Crear conceptos es llenar de anotaciones los días

Esas anotaciones que recogerás quizá el día del juicio final

Para poder entrar con la papelería completa a la inexistencia.


Palabras sogas, palabras escalera, extraño asidero para la angustia esta de vivir así a secas. El libro nos lleva en esta dialéctica criatura-dios al extremo mismo del propio agujero que había pronosticado, las voces se funden en una esquizofrenia que de tan angustiante llega a la calma misma, 2 pi radianes, al circunferencia que cierra, en realidad, no sabemos nada de la realidad, ni de la cueva, ni de sus sombras, ni de la llama tibia que nos calienta la espalda, lo único que tenemos es la posibilidad de nombrarlas, cueva, sombra, fuego, porque al final (y acá una de las claves del libro), al final el lenguaje es lo único que casi tenemos, traigo entonces primero a Heidegger quebrándose la cabeza con este mismo tema mientras se acerca a la locura de Holderlin “solo hay mundo donde hay habla”. Y volvemos a nuestra poeta rupestre viajera del tiempo y astronauta:


Mientras tú construyes tu cueva con papeles

Que quizá lean algunas personas

Vienes a vivir a medias para concluirte en letras

Y es absurdo

Y es bello

Y es la forma en que justificas

Porque siempre has de justificarte y eso te atormenta los amaneceres

Porque siempre debes tener ese peso del techo

Que amenaza con caerte encima

Y hacer de tu vida un recuerdo empolvado que sobrevive escribiendo.


En fin, ahí la crisis occidental, ahí nuestra sombra y nuestras cuevas, la conclusión aquella de la ausencia no es sino una puerta, de ahí tenemos la posibilidad de acceder a otra manera de entender el mundo, ahí en el vacío absoluto de las representaciones empieza la nueva fiesta, en la que nuestra realidad se abre a la posibilidad que el libro resolvió simbólicamente, la fusión de física y metafísica, o mejor aún la abolición de ambas para acceder a nuevas formas de conocimiento, híbridas, chamánicas, cuánticas, la poeta astronauta seguramente iniciará otro viaje, desde la oscuridad absoluta, no hay prisas, al fin que, como dice ese dios-lenguaje:


No temas pequeño

Nada tiene sentido

Solo abre los ojos

Pronto estarás de nuevo en la nada



*Julio Serrano Echeverría (Guatemala, 1983). Escritor y editor. Fundador de la Editorial Libros Mínimos, una de las primeras editoriales guatemaltecas en ofrecer publicaciones de descarga libre en línea, y del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango. Ha publicado poesía, cuentos y artículos en diversas revistas y periódicos guatemaltecos, así como en antologías y publicaciones impresas y en línea. Ha participado en festivales internacionales de poesía. Se dedica también al documental y medios audiovisuales.

CA-4: Lienzos de otredad





Una poética del cuerpo

Víctor Ruiz / NIC


El poeta Víctor Ruiz nos introduce en una de las más recientes publicaciones nicaraguenses: Lienzos de la otredad de Missael Duarte Somoza.


Lienzos de otredad, Missael Duarte Somoza. Foro Nicaragüense de Cultura: Managua, 2010.


Más que un compendio de textos dispersos, Lienzos de la otredad (2010) es, como su nombre lo indica, un tejido de temas y motivos que responden a un único propósito: trazar o dibujar sobre la página en blanco una poética del cuerpo: I. Cuerpo: desnudo silencio de piedra/sobre la finitud de una cama. II.… sinfonía de colores sin fin en la noche de un lienzo. Esa sinfonía sin fin, resonando en el silencio desnudo de una cama, es el cuerpo edificándose sobre la superficie del lienzo nocturno.


Si Líricos instantes era la celebración y comunión de los pronombres, yo y vos en perpetua danza febril de la escritura, Lienzos de la otredad es la palabra cediendo espacio al cuerpo. El sujeto busca en la contemplación del cuerpo su realización, su plenitud:


…contemplo tu cuerpo desparramado,

donde cesa la soledad,

donde los pronombres desaparecen,

donde siento la completud de mi ser

más allá de las profundidades de tu carne.


Un poema en el que mejor se nos presenta esta poética del cuerpo, en que la palabra se corporiza en su misma enunciación es “Invocación”. Interesante es el hecho de que nuestro poeta abra su texto con epígrafe de La carne contigua: …la que tenía el mundo en los labios… Recordemos que en el poema de Ernesto Mejía Sánchez se pone en juego ese acto de considerar la palabra o la enunciación de la palabra como conjuro: a través del sometimiento del verbo el poeta crea aquello que desea:


¡Oh labios, cuerpo de pétalos para pernoctar!


Observemos cómo el cuerpo del labio, invocado, evocado y conjurado en el poema, adquiere corporeidad, se materializa y concretiza a través de la aliteración del fonema /p/. Al igual que el texto anterior, aquí la palabra es sometida y exorcizada para crear el objeto de su deseo.



En Lienzos de la otredad la poética del cuerpo también se construye a través de la representación ekfrástica, es decir, el poema, a través del lenguaje verbal, construye una pintura, un paisaje, una arquitectura dérmica. De ahí que Erick Aguirre, en el prólogo, nos diga: “trazos poéticos”, o “trazos de lenguaje” que el hablante de Missael (especie de ciego pintor de palabras) pergeña en un lienzo permanentemente nocturno, como pinturas hablantes…


Lienzo verbal, en “I saw your body before me”, uno de los poemas más intensos del poemario, la sintaxis de la mujer, su geometría corpórea es trazada sobre la página como si de un cuadro se tratara:


Hoy como muchos otros amaneceres

tu rostro vuelto a la pared,

la plenitud de tu espalda,

el silencio de tus manos largas,

la libertad absoluta de tu pelo;


Hoy como muchos otros días

todo lo que tu cuerpo revela

con su desnudez rebosante

y su crepitar

al jaspeo de mi lengua

contra la verticalidad doble de tus pechos….


La imagen del cuerpo es perceptible a través de esa enumeración de motivos: rostro, espalda, manos, pelo; cuerpo, lengua, pechos. De esta forma, más que un trazo del lenguaje, el poeta nos presenta una pintura hilvanada con palabras.


Sacralización y desacralización, comunión y epifanía, Lienzos de la otredad, es, además, un homenaje al eterno femenino: ese “cuerpo desnudo.../ consagrado sólo por el amor…”.



Víctor Ruiz (Managua, 1982). Incluido en las antologías Cruce de poesía, Salvador-Nicaragua (2006), Novísimos, poetas nicaragüenses del tercer milenio (2006) y Poetas, pequeños Dioses (2006). Con La vigilia perpetua ganó en el 2005 el Concurso Interuniversitario de Poesía “Carlos Martínez Rivas”.


CA-4: El estanque colmado



Lo que devuelve el reflejo en un estanque

Daniel Rodríguez Moya / ESP-NIC


El poeta español Daniel Rodríguez Moya reseña el primer libro del salvadoreño Jorge Galán para Visor, la connotada editorial española.


El estanque colmado, Jorge Galán. Colección Visor de Poesía: Madrid, 2010.



La poesía centroamericana tiene motivos para la esperanza. Jorge Galán es una de sus voces más personales y en los últimos años ha sabido dar el paso necesario para romper clichés e ideas preconcebidas sobre una literatura que va más allá de los limitados contextos históricos. Todos los prejuicios que se pudieran tener ante un joven poeta salvadoreño estallan en mil pedazos cuando se leen sus poemas. Fuera de nacionalismos poéticos excluyentes, Galán hace bueno eso de ¿por qué quedarse como heredero de una tradición cuando se pueden escoger varias? Y es por ello que sus versos beben tanto de lo mejor del 27 español, de Eliot, Whitman y, en definitiva, de una poesía reflexiva pero sin estériles preocupaciones metafísicas.


Galán recurre a una metáfora mistraliana, la del estanque colmado, para titular este libro. Sólo que sus versos no nacen de un “surtidor inerte”, como escribiera la poeta chilena. Todo lo contrario. Sus imágenes, realmente impactantes pero con sentido y huyendo de discursos fragmentarios, brotan de una fuente lírica vivísima.


Este libro, con el que el autor ha conseguido un accésit en el Premio Jaime Gil de Biedma 2010, está dividido en cinco partes de las que la primera lleva por título 'El muchacho detrás de la ventana' con un primer poema, 'Tardes sobre el asfalto', que nos zambulle instantáneamente en el tono del libro, porque aunque se trata de una obra reposada, sin estridencias. Hay un tono continuo desde el inicio, una manera de contar a partir sobre todo de una imaginería que es la que mantiene la unidad y la coherencia hasta el último verso. En este primer poema, como en todo el capítulo, es el territorio de la infancia por el que el autor transita, en un ambiente si no sonámbulo, si algo onírico. Pero no son de un sueño los elementos que se describen, como los perros aullando, los payasos y las bailarinas del circo recién llegado a la ciudad en una caravana extraña. Del mismo modo que también son muy reales los primeros recuerdos, la primera memoria a partir de la que comienza el mundo del personaje poético, del poeta. Y de esa memoria está por ejemplo el toque de queda de un país en guerra. Es curioso como para el niño que vive en este poema, así como en otros de este libro, el miedo del adulto se convierte casi en algo lúdico. Como dentro del drama de un país, El Salvador, inmerso en una guerra fratricida, el terror se transforma en un juego: “En la tarde jugábamos al fútbol o al béisbol./ Por la noche lo único que podíamos hacer era jugar al escondite, / en la penumbra, buscando en el silencio la salvación. / El cerro en esos años era un sitio de cuevas: / alguien o algo se escondía ahí. Cerca de medianoche / me levantaba y caminaba entre los cuerpos que dormían / tirados en el piso, salía hasta la sala, abría la ventana, / con sigilo, y asomaba mi único ojo con valor hacia la oscuridad...” Hay un verso en el no casualmente poema llamado 'Infancia', que resume perfectamente todo esto: “Los días de la infancia, amables a su extraña manera...”


Uno de los poemas de más bella factura de todo el libro está incluido en su segunda parte y lleva por título 'Breve canto sin música'. No hay que dejarse engañar por algún eco nerudiano que destila, porque no es más que eso, un leve eco. Lo auténtico de este poema, más allá de esa levísima pátina de los Veinte poemas de amor, es el descubrimiento que en él se hace de la verdadera condición del yo poético a partir del descubrimiento del otro verdadero para darse cuenta que son la misma cosa: “No es cierto que estés triste ni que hayas pronunciado / mi nombre impronunciable en la penumbra, no es cierto / que escribiste aquello que he callado en la noche sobre el polvo”. Ese nombre impronunciable, al que el poeta se resiste durante todo el poema y que sólo aflora al final, es nosotros. A pesar de que justo a continuación, en el siguiente poema, 'Retrato casi adolescente de tus ojos', el último verso concluya: “Tus ojos / donde no me reflejo”. Pero es que esa lucha por la búsqueda de la identidad a partir del otro es una constante en más poemas. De hecho funciona como eje del libro. Una lucha en la que también se dan juegos de espejos con sus contradicciones entre lo uno y su reflejo. “Soy un hombre pero no puedo ser ese hombre”, escribe en el poema 'El reflejo', que pertenece a la tercera parte del libro, 'Crepúsculos sin prisa', tal vez en la que el tono se vuelve más reflexivo e incluso trascendente, pero, lo decíamos al principio, sin caer en raras metafísicas.


Con 'Invierno' Galán casi concluye su relato –que finaliza con un epílogo de un único poema titulado La muchacha–. El poeta ha ido construyendo puentes a lo largo de todo el libro, caminos que llevan de la inocencia a su pérdida, del yo al otro, unos puentes de los que, toma conciencia, no permiten el regreso: “Los puentes que van de la ciudad al bosque / nunca van del bosque a la ciudad porque quien se marcha no regresa...”. Pero esos puentes permanecen, quedan “atrás como vestigios”. Porque conviene, de cualquier forma, no perderlos de vista. No derribarlos y así, como escribió otro poeta, no construir precipicios.


*Daniel Rodríguez Moya (Granada, 1976). Poeta y periodista. Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada, España. Desde 2004 dirige el Festival Internacional de Poesía de Granada. Ha publicado Oficina de sujetos perdidos (Premio Federico García Lorca de Poesía, 2001), El nuevo ahora (Editorial Cuadernos del Vigía, 2003) y Cambio de planes (VI Premio Vicente Núñez, editorial Visor, 2007). Compiló e investigó la publicado la primera antología de poesía nicaragüense del siglo XX que se edita en España: La poesía del siglo XX en Nicaragua (Editorial Visor). En 2010 recibió el Premio del Tren Antonio Machado por su obra La bestia.

CA-4: Colección Revuelta





Unas palabras sobre el surgimiento de Revuelta

Miguel Huezo Mixco / SAL


El escritor y editor salvadoreño Miguel Huezo Mixco presenta la colección Revuelta: Un encuentro de escritores consagrados y jóvenes a través del libro impreso y electrónico. Una colección donde poesía, narrativa y crónica presentan, a través de seis autores, el panorama actual de la creación salvadoreña.


https://sites.google.com/site/coleccionrevuelta/home


El 14 de diciembre lanzamos los dos primeros volúmenes de la colección Revuelta: “Breves palabras impúdicas”, de Horacio Castellanos Moya, y “Agua inhóspita” de Vladimir Amaya. Si todo marcha bien, en el próximo año se publicará media docena de libros de igual número de autores salvadoreños vivos.


Escribo este artículo para compartir unas reflexiones preliminares en torno a la publicación de Revuelta. La idea de producir esta colección de libros de bolsillo surgió tras constatar que la institucionalidad cultural se encuentra en uno de los momentos más críticos de toda la posguerra. Esta crisis se hace especialmente evidente en el mundo del libro y tiene una expresión particular en la actividad editorial. La Dirección de Publicaciones e Impresos (DPI), la casa editora del Estado, no consigue salir del coma, y las editoriales universitarias, que tradicionalmente han tenido un papel protagónico en la publicación de literatura, están haciendo poco o nada. Si lo vemos desde esta perspectiva, el panorama puede resultar muy desalentador.


Publicar a los autores salvadoreños, especialmente a los más jóvenes, no es fácil. Los costos de impresión son muy altos. Las pocas librerías del país apenas acogen las producciones nacionales. Hay poca promoción de las obras escritas por salvadoreños. La mayoría de medios de comunicación carecen de secciones culturales. Tampoco existen publicaciones especializadas sobre libros, ni crítica literaria profesional. En síntesis, los intermediarios tradicionales entre el libro y el público nos han fallado.


La creación de Revuelta fue el resultado de muchas conversaciones y preguntas. Si imprimir libros es tan caro, ¿debemos adoptar las publicaciones electrónicas? ¿Cómo acceder a los lectores que no forman parte del reducido número de personas conectadas a Internet? Ante la avalancha de autopublicaciones electrónicas, ¿debemos aceptar como inevitable la extinción de la figura del editor? Si los libros de autores salvadoreños –salvo los que están incluidos en los programas escolares-- no tienen mercado, ¿por qué seguir insistiendo en que se nos permita ingresar a un espacio donde nos sabemos excluidos? ¿Si en los medios hay indiferencia, por qué no trabajar entonces con los blogs y revistas virtuales que es en donde la literatura encuentra algún eco?


Las preguntas no tenían que ver únicamente con el oficio editorial sino también con el de hacer literatura. ¿Debemos cruzarnos de brazos a esperar que alguien toque a la puerta ofreciendo la publicación de nuestros libros? ¿Seguirán insistiendo los escritores más jóvenes --como lo hacen los mayores-- en reclamar becas que no existen ni se les darán? ¿Continuarán cayendo en la trampa de alcanzar el éxito a través de las ventas, repitiéndose el mantra “somos como pequeños dioses”?


Desde luego, no tenemos respuestas terminantes para estas y muchas otras preguntas.


Pero no todo está mal. El surgimiento de proyectos editoriales como Índole, La Cabuda Cartonera, Equizzero y otras es una parte de esas posibles respuestas. Cuando pensamos en iniciar la Revuelta siempre tuvimos claro la necesidad de superar la marginalidad. Así, un buen día, me presenté ante el Centro Cultural de España con el proyecto (posibles autores, géneros, costos de producción y cronograma) --y la idea, por suerte, encontró una calurosa acogida.


La idea que está debajo de nuestro experimento editorial puede sintetizarse así: queremos contribuir a crear una nueva corriente de atención hacia la literatura, los libros y los autores utilizando métodos diferentes. El camino que proponemos es remover el ambiente cultural con una propuesta editorial de buena calidad. Sin abandonar el formato del libro impreso y conservando algunas de las convenciones de la propiedad intelectual, hacemos una apuesta en firme por la utilización de los formatos electrónicos, apoyándonos en las posibilidades que ofrecen las comunicaciones y las redes sociales.


Para llevar a cabo este experimento editorial hemos contado con una pequeñísima porción de los recursos de la cooperación internacional. Y cuando digo pequeñísima no estoy exagerando. Esta colección en conjunto costará menos que una sola consultoría destinada, con suerte, a convertirse en un insumo, entre muchos, para algún programa.


Para los pragmáticos hay que decir que la experiencia arrojará beneficios inmediatos. Los libros de Revuelta tienen identificado claramente su público: se entregarán en las bibliotecas públicas y casas de la cultura de todo el país, donde apenas hay libros y donde los estudiantes y usuarios no tienen manera de acceder a las creaciones más recientes de nuestros escritores. Naturalmente, también los usuarios de las actividades del Centro Cultural, principalmente por jóvenes relacionados con el arte y las letras, se verán directamente beneficiados. Del mismo modo, los libros también estarán disponibles en la Web, gratuitamente, y podrán acceder a ellos lectores e investigadores dentro y fuera de El Salvador. Como la publicación de e-books es una práctica nueva, hemos decidido testear las descargas solicitando a los interesados en que nos regalen datos básicos —sexo, ciudad y país—, para conocer algo sobre ellos.


Pero la literatura no es solo un hecho literario. Es sobre todo un acontecimiento cultural. Su contribución principal tiene lugar en el estado de ánimo de las personas. La literatura despierta la imaginación y ello, contra lo que suele pensarse, es decisivo para el bienestar, la innovación y la cohesión social. Los efectos subjetivos de los libros son difíciles de medir. Nuestra idea es contribuir a generar un estado de ánimo diferente al que nos parece que ahora prevale. Queremos golpear los muros del pesimismo y abrirle una ventana a nuevas ideas y al sentimiento de que, pese a las evidencias, es posible hacer cambios. Para repetir el tópico, esto no tiene precio.


Pese a que Revuelta es un proyecto pequeño hemos tenido una enorme cadena de apoyos. En primer lugar, esto no hubiera sido posible sin el patrocinio del Centro Cultural de España. Luego vino el eslabón de los autores. Horacio Castellanos Moya, cuyas obras están siendo publicadas por una de las principales editoriales en lengua española, fue el primero en comprometerse a entregar un libro inédito a cambio de un pago simbólico (derechos de edición); Vladimir Amaya –quien, de paso, percibió el mismo pago que Horacio— también se interesó y estuvo dispuesto a ser evaluado y editado. Del mismo modo, dos artistas plásticos de alto valor, como son Walterio Iraheta y Verónica Vides, estuvieron desde el primer momento en la mejor disposición de participar en el experimento. Del mismo modo, ya existen otras dos autoras, dos autores y otros cuatro diseñadores comprometidos en participar en el resto de libros de la colección. Si nuestros patrocinadores no cambian de opinión, en los próximos meses sabremos sus nombres y conoceremos sus propuestas.


Para poner en marcha el proyecto también fue decisivo el pequeño grupo editorial que está al frente a este proyecto: María Tenorio (doctora en literatura latinoamericana y profesora de redacción de la ESEN), Susy Morán (maquetadora y artefinalista) y Saúl Castro Fagoaga (economista y diseñador). Luego vinieron a hacer su papel las redes sociales y los medios de comunicación. Centenares de usuarios de Facebook nos han acompañado creándole un entorno favorable a la iniciativa. Hemos tenido también la colaboración de medios electrónicos más institucionalizados: la revista Contracultura “adoptó” el proyecto como suyo, y El Faro también nos permitió colocar un botón para la descarga de los libros. La iniciativa obtuvo la atención de grandes medios. La revista Séptimo Sentido y la sección multimedia de La Prensa Gráfica acogieron la idea y le dieron una importante proyección al evento. A su vez, El Diario de Hoy ayudó a promover el lanzamiento de la colección.


Contra lo que muchos podrán imaginarse, la mayoría de estos procesos no requirieron de largas reuniones, ni de papeleo, ni mucho menos de oficinas: se hicieron principalmente a través de Internet. Inclusive, cuando una nevada impidió que Horacio tomara el avión a San Salvador, echamos mano de Skype para asegurar al menos su presencia virtual en el auditorio del Centro Cultural de España donde se congregaron decenas de personas.


Estamos aprendiendo mucho de esta nueva dinámica. Ya veremos a dónde nos lleva. Solo agregaré algo más. Por el carácter polémico de su obra y el reconocimiento del que goza, la contribución de Horacio Castellanos ha sido fundamental. Más allá de nuestra amistad, quiero entender su disposición a participar en este experimento como un gesto de aproximación cordial a este país que tan mal le paga a sus mayores talentos.


Aunque Revuelta ha tenido cierto éxito en su arranque no nos hacemos grandes ilusiones. Sabemos que este tipo de iniciativas no son perfectas y pueden ser polémicas. El solo hecho de distribuir los libros gratuitamente eriza la piel a más de uno. Asimismo, los formatos electrónicos despiertan todavía mucha desconfianza y la obra impresa sigue siendo la aspiración de cualquier autor. Otros han expresado cierto malestar por no haber sido requeridos de participar con sus manuscritos. Encima de todo, la crisis económica tampoco parece tener fin.


Pero no hay remedio. Necesitamos actuar. Tenemos que encontrar salidas.