15 sept 2005

No. 4, Año 1.


Servicio de difusión cultural
San Salvador, 15 Septiembre 2005.


En este número:
Editorial
Saludemos la Patria

“...Suelo nutricio de sueños y crímenes, pretexto para el ejercicio de la solidaridad y el abuso, elevado nombre que a poco compromete, pero que protege el más excluyente sentido de la propiedad privada, recurso para reclamar sacrificio y conformidades ajenas, la patria es esa vaga noción que, por incluir a todos, no asume a nadie...”


1. Palabras de ultratumba

Mi respuesta a los patriotas

Salarrué

“...¿A qué llamáis patria vosotros los hombres entendidos por prácticos? Se que entendéis por patria un conjunto de leyes, una maquinaria de administración, un parche en un mapa de colores chillones. Vosotros los prácticos llamáis a eso patria. Yo el iluso no tengo patria, no tengo patria pero tengo terruño...”


2. Pienso, luego existo
sin utopías personales
René E. Rodas


“...pienso presentarme al comprometedor momento de la madurez con mis mejores armas. Entre ponerlas a punto y manejarlas con destreza, algo ha venido creciendo en mí, marcándome un horizonte...”



Política cultural y utilidad del arte.
El Salvador en pintura: Años treinta

Rafael Lara Martínez

“Durante el martinato (1931-1944) las artes reciben un serio impulso oficial. En su discurso presidencial de 1935, Andrés Ignacio Menéndez destaca dos rubros esenciales para el desarrollo cultural de El Salvador: pintura y turismo...”


Nación hispana
Jorge Colorado

“...el ingreso, legal o ilegal de centroamericanos y suramericanos que los Estados Unidos ha recibido en los últimos veinte años, inducirá más temprano que tarde, paso a paso, al cambio definitivo de la sociedad estadounidense...”



3. creaCción de arte

Poesía
*
Selección de poemas de este legendario poeta salvadoreño. Encarcelado por sus ideas políticas, desde esa injusta cárcel lanza bellos y adoloridos poemas.
Roque Dalton
De Taberna y otros lugares

“Oh mi país sus ojos descarriados
solo flores en homenaje de su muerte adivinan
año de la profundidad tempestad deshabitada
pero en espera de su gota de fecundación.”



Novela (extracto)
8
Extracto de la polémica novela de este autor salvadoreño contemporáneo, quien a raíz de su publicación tuviera que salir exilado a México, Guatemala y ahora Alemania.
Horacio Castellanos Moya
El asco

“…Por eso me da risa que vos estés aquí, Moya, no entiendo cómo se te ha podido ocurrir venir a este país, regresar a este país, quedarte en este país, es un verdadero absurdo si a vos lo que te interesa es escribir literatura...”


Poesía
8
Selección de poemas del libro ganador del Premio Centroamericano de poesía Rogelio Sinán. Aquí el poeta parece encarnar el eterno dilema del salvadoreño: su desarraigo.
Miguel Huezo Mixco
De Comarcas


“Acomodado en el solar de los héroes
Veo con orgullo las ruinas del porvenir...”



Artes Visuales
*
Fotografías y dibujos de este artista salvadoreño que ha demostrado desenvolverse con gran talento entre el dibujo, el ensamblaje y la fotografía. En esta serie muestra el agudo contraste entre el ideal y la realidad.
Walter Iraheta
De la serie Criptonita

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Novela (Extractos)
*
De los encuentros y desencuentros íntimos nos habla Jacinta Escudos en esta novela compuesta de numerosos relatos breves. Esta selección recoge tres de sus sueños, en ellos el odio, el temor y la ternura.
Jacinta Escudos
El desencanto


“ARCADIA VA a hacer un viaje. Llega al aeropuerto, al mostrador de la línea aérea. Cuando va a darle el pasaporte al empleado que atiende, se da cuenta de que hay algo escrito en la última página...”



Poesía por entregas (3/9)

Tercera entrega de poemas de su libro inédito. Aquí el poeta nos habla con evocadoras e insospechadas imágenes del amor y su gestación.
René E. Rodas
El libro de la penumbra

“...Vengo a entregarte la nave cóncava de mi voz, a ofrecerte rayos líquidos de sol y peces como cuajos lunares...”



4. Retorno del Hijo Pródigo


Horacio Castellanos Moya
Joseph Roth Diele

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“...Sus biógrafos lo describen como un nómada (vivió en Viena, Frankfurt, Berlín, Moscú, París), aposentado en un café a lo largo de la mañana, sobrio, llenando cuartillas con sus estupendas historias...”


5. Lo que el viento se llevó

Artistas devoradores de libros
Mayra Barraza

¿Literatura femenina?
Mayra Barraza



6. Hora Salvadoreña
Cartelera cultural con información sobre exposiciones de arte, conferencias, presentaciones de teatro, música y danza, cine alternativo, constantemente actualizado.


7. Al infinito y más allá
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Pútrida patria de Sebald;
El Mundo, La Vanguardia y El Paìs reseñan la ùltima novela de Castellanos Moya;
El Salvador en la 51ª. Bienal de Venecia;
publicaciones de F+G Editores;
el humor del presidente de Concultura;
y fotos indiscretas.
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Revista Cultura sale a la luz nuevamente con el No. 89,
el I tomo de las obras completas de Francisco Gavidia,
y la nueva Revista Investiga.
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9. La P-41 de Adrián
Camilo Minero. La poesía del testimonio.
Carlos Cañas y el grabado: Originales multiples.

10. De rumores y risas

Kit patriótico
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11. Convocatorias
Premio de Fotografía Juan Rulfo 2005
Programa Intervenciones MARTE - 2006
Beca Incubadora 2005
I Convocatoria de Crónica


12. Voces
Opiniones variopintas sobre el santo y sus milagros. Lea aquí las reacciones al polémico editorial anterior.


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Saludemos la Patria


Debe de hacer unos cuarenta años que Roque Dalton escribió Poema de amor. Retrato irónico y enternecedor, crítica demoledora exaltada por un amor inmenso a los salvadoreños de su tiempo: en ese esperpento donde se confunden locura y dignidad, bajeza y dolor ilimitados, imaginación creativa e ignominia ciega, el poeta nos devuelve nuestra imagen y nos deja sentir su tristeza porque no podamos ser mejores como sociedad y como individuos, si somos tan esforzados incluso cuando nos tratan como a galeotes, o se nos discrimina como a negros en barrio de pelirrojos, o cuando echamos mano de nuestro talento para el ejercicio de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, modo expresivo de perpetuar una de nuestras más rancias tradiciones, única defensa conocida, recurso más expedito para fincar fama y fortuna, desahogar frustraciones ancestrales, celebrar o lamentar un gol.

En el curso de las décadas subsiguientes, especialmente en la época de la guerra, el poema se transformaría en carné de supervivencia de románticos y oportunistas, pasaporte en las aduanas de la nostalgia y el exilio, himno de congoja y orgullo en el cual contemplarnos y celebrarnos en la aceptación de lo peor de nosotros mismos, mito de consuelo (“los mejores artesanos del mundo”), verdad inapelable de la desesperanza (“los tristes más tristes del mundo”). En el poema nos reconocemos para convencernos de que existimos, nos celebramos para seguir siendo, por más imposible de creer que nuestra existencia nos resulte. El poema dejó así de ser una imagen viva con la cual discutir los términos de una identidad posible, para convertirse en máscara bajo cuya mueca atroz amparamos nuestra cultura.

Debajo de esos tumultos hay varias nociones fundacionales. Una de ella es la de patria. Suelo nutricio de sueños y crímenes, pretexto para el ejercicio de la solidaridad y el abuso, elevado nombre que a poco compromete, pero que protege el más excluyente sentido de la propiedad privada, recurso para reclamar sacrificio y conformidades ajenas, la patria es esa vaga noción que, por incluir a todos, no asume a nadie. Derecho a perpetuidad no solicitado de una ficción que afecta nuestra vida, acto de fe para justificar cuanto amenaza nuestra integridad. Suele suceder que en esa casa de locos haya transcurrido nuestra niñez y, con ello, ese objeto tramado con palabras, gana volumen, calidez, color y aroma en nuestra consciencia por voluntad de esa enamorada de sus engendros que es la memoria.

De este vínculo brota la idea de que somos diferentes de los demás y, de algún modo, mejores. Por algo nacimos y sobrevivimos aquí y no en esos países en los que todo es más fácil. Cualquier noruego despistado ya se hubiera muerto. Subyace en esta idea una vaga y nunca del todo aceptada noción de fatalismo. Lo mismo piensa, quizás, un guatemalteco o un etíope, pero mejor no molestarse en comprobarlo.

Durante décadas fuimos habitantes de una república cuyas taras de origen nos impedían ejercer de ciudadanos. Las secuelas de la guerra civil tardarán años en asentarse y producir algún resultado positivo. Mientras tanto ―y aquí todo es “para mientras”―, el tejido social que cohesiona y estabiliza a una sociedad se rompe a diario para nuestro estupor e impotencia. Los términos básicos de convivencia son violados sin más propósito que el de llegar primero no importa a dónde, ganar la próxima elección o conseguir el dinero que nos permita llegar a mañana. Cómo y a costa de quién no importa. El derecho al respeto ajeno (o al temor ajeno) es la única paz concebible y esa paz dura lo que el otro esté dispuesto a aguantar. Pero somos aguantadores, no cabe duda, y casi todos, salvo una docena o dos a diario de desafortunados, volvemos más o menos indemnes a casa. De allí en adelante es tierra de nadie, y que cada proletario le rece a su propio santo.

La burla a nuestras modestas esperanzas, el abuso de nuestro tiempo, la violación de nuestra privacidad, la manipulación de nuestras intenciones de participar constructivamente en la invención de un país soportable; la seguridad de nuestros hijos, nuestra simple vida de todos los días, están en riesgo permanente: vivimos en una sociedad en la que todo el mundo ha sido inoculado sistemáticamente con el germen de la incredulidad, de la incredulidad en los otros, en nuestro yo, en las instituciones que fueron creadas para ayudarnos a vivir. Queda, eso sí, la fe en la patria, tomamos Pílsener, comemos pupusas de Olocuilta, le vamos al salvadoreñísimo Real Madrid, nos vestimos como gringuitos de clase baja, bailamos la muy nacional bachata dominicana y nos expresamos con el mismo vocabulario que un cobrador de la Ruta 30, pues así somos los salvadoreños, el país que elevó el lumpenaje a aspiración de identidad nacional, orgullosos de hijos suyos podernos llamar.

Mi respuesta a los patriotas

Por
Salarrué


21 de enero de 1932

Mis amigos me han dicho «Tú que eres sereno, tú que ves las cosas con los ojos adormilados, tú que estás siempre en la tierra del ensueño, en ese mundo irreal a donde los golpes de la marea de aquí abajo no llegan, por lo mismo, por eso, tú debes dar tu opinión en estos momentos en que la patria se encuentra en la indecisión. Apunta tu microscopio y dinos que ves y como lo ves, de algo ha de servirnos, hazlo por patriotismo, dígnate pisar con tus plantas la tierra firme, siquiera por una vez... ».Y se han echado a reír. Conozco en su manera, que lo han dicho en parte como burla amistosa, con el cariño que infunden los locos pacíficos, en parte en serio y es por ello que yo me he quedado perplejo y me he sentido luego como incomprendido, tenido como un ser vago e inútil, de un mundo problemático. Y me he indignado en mi dignidad de hombre y he alzado mi grito de protesta como la voz en el desierto escribiendo esta respuesta a los patriotas sin nombre...

Yo no tengo patria , yo no se que es patria : ¿A qué llamáis patria vosotros los hombres entendidos por prácticos? Se que entendéis por patria un conjunto de leyes, una maquinaria de administración, un parche en un mapa de colores chillones. Vosotros los prácticos llamáis a eso patria. Yo el iluso no tengo patria, no tengo patria pero tengo terruño (de tierra, cosa palpable). No tengo El Salvador (catorce secciones en un trozo de papel satinado); tengo Cuscatlán, una región del mundo y no una nación (cosa vaga). Yo amo a Cuscatlán. Mientras vosotros habláis de la Constitución, yo canto a la tierra y a la raza: La tierra que se esponja y fructifica, la raza de soñadores creadores que sin discutir labran el suelo, modelan la tinaja, tejen el perraje y abren el camino. Raza de artistas como yo, artista quiere decir hacedor, creador, modelador de formas (cosa práctica) y también comprendedor. La mayor parte de vosotros se dedica en su patriotismo a pelearse por si tienen o no derecho, por si es o no constitucional, por si será fulano o zutano, por si conviene un ismo u otro a la prosperidad de la nación. La prosperidad es para vosotros el tenerlo todo, menos la tierra en su sentido maternal. Capitalistas embrutecidos, perezosos y bribones muestran sus caras abotagadas y crueles a no menos crueles comunistas pedigüeños, sórdidos y rapaces. Mientras estos dos bandos en todos sus grados de intensidad se gruñen unos a otros, nosotros los soñadores no pedimos nada porque todo lo tenemos. Ellos se arrebatan las cáscaras y nos dejan la pulpa : - El pan es mío, todo mío, dejadme vender el pan», gritan unos;«no» dicen otros :« tenemos hambre y el pan es nuestro, porque la tierra es nuestra»... Mientras nosotros los soñadores, sin que nadie se oponga, hacemos crecer la espiga embelleciendo el paisaje, gozamos la música del maizal que sonríe con la brisa, recogemos cantando la mazorca y dejamos el comerla a tarascadas a los puercos. El cafetalero es un pedante que habla del mercado, de la baja, del alza, cuenta pisto agachado sobre las mesas, husmea costales y no ha estado nunca tirado al fondo de un cafetal, en el misterio de las noches de luna ; no nota la belleza del grano sangriento cuando resbala entre los dedos de las cortadoras cantarinas, no conoce el aroma y la leyenda de la flor del cafeto. El azucarero no ha oído nunca el susurro consolador de los cañaverales, ni ha visto meterse al chipuste en marejadas armoniosas. Todos ellos gritan alrededor de una sola cosa: el dinero. Unos quieren ganar el quinientos por ciento y otros quieren que se les suban sus salarios. El comunista usa un botón rojo y habla de degollar, llama justicia al buen pan y buen vino bien compartido, y no han sabido nunca del saber dar a quien todo lo tiene, que es quien nada tiene. El indio del arado y de la cuma que hace el paisaje agrario bajo el sol crudo, está satisfecho de hacer vivir con sus manos toscas y renegridas, manos de Dios, a un pueblo entero que se entrega a una locura llamada política; que no sólo es infructuosa sino dañina. Este indio vive la tierra, es la tierra y no habla nunca de patriotismo. Ni teme al extranjero que nada puede quitarle de lo él, a menos de
quitarle la existencia.

Yo que paso en la tierra del ensueño, según vosotros, yo estoy más en el corazón de la tierra , arraigado de verdad y con raíces abajo y queriendo florear por arriba. Si la tierra de Cuscatlán se alzara un día personificada llamando a sus hijos, a mí, de los primeros me reconocería y no a los políticos y a los istas de esta cosa llamada patria. El Salvador y demás zarandejas que simbolizan con banderas y escudos y que señalan con fronteras imaginarias. No, no soy patriota ni quiero serlo; tengo mejor concepto de un guineo patriota que de un hombre patriota. A mí no me agarran ya con esas cosas respetables. Ni siquiera trabajo en Patria, trabajo en Vivir, es decir, no en la patria sino en la vivienda, terruño o querencia, como diría Espino. Vivienda, sí, con sueño y todo, pero viviendo una vida real, la vida que se saborea como vino sagrado. Yo no aro ni siembro ni cosecho la tierra: oficio ante el altar y doy las gracias en nombre de los soñadores cosechando un grano invisible que desgrano de la mazorca de la vida y de la espiga de la costumbre ¿ que cosa es vuestra patria que yo no la miro ?.. Me pedís que descienda a vuestra realidad y no se donde poner el pie ; por todos lados encuentro arena movediza. Si yo os invito a que vengáis a mi terruño, tendréis amplio campo donde correr y sudar; podréis untaros las manos en barro fresco y llenaros el pecho de aire puro. En esa vuestra patria yo sólo respiro odio, cobardía, incomprensión.

¡ Que diera yo por traeros a esta mi tierra ¡...Ya los pocos que había conmigo se han marchado; me encuentro casi solo. Solo con el indio contemplativo y la mujer soñadora. Ya no hay Miranda Ruano que escriba Las Voces del Terruño, libro que ya nadie lee; Ambrogi habla constantemente de Quiñonez; los Andino escriben «Política»; Bustamante es empleado de juzgado; Castellanos Rivas se hace Secretario Particular; Guerra Trigueros no oye mas caer las estrellas en la fuente inmemorial; Julio Ávila se dedica al comercio; Llerena enmudece; Gómez Campos tiene tienda; Paco Bamboa se doctora; Salvador Cañas «prepara» a sus muchachos; Masferrer ya no canta; Gavidia discute sobre el radio; Chacón hace seguros de vida; Rochac habla de finanzas; Villacorta se queja de la tesorería; Vicente Rosales anda en corrillos; Miguel Ángel Espino es fuente seca; y en fin, me veo solo en la tierra de la realidad, apenas con un Mejía Vides que quiere ir al estero a pintar un tiempo (como Gauguin en Taihiti) y un Cáceres que sueña y llora en los rincones del «Atlacatl».

Sí, ¡qué diera por traeros a esta mi tierra! (Que no es hipotética, como la vuestra): cerros enmontañados, y llanos ondulantes en donde al salir el sol cantan los gallos, en dónde no hay artículo número tal, sino un árbol de grata sombra; en dónde no hay el inciso cuarto; sino el ojo de agua para la sed; en dónde la ley de tal cosa está representada por la lluvia, por la luna o por el viento.

Lírico, sí, es verdad; pero lírico sobre el polvo de la tierra y no prosaico e insípido sobre hediondos conceptos y rancias doctrinas. Lírico bajo el cielo azul, y no sórdido bajo la loza del ismo.

Como me lo pedís, he pisado ya con mis plantas la tierra firme; pero la mía, no la vuestra, que no es firme ni es tierra sino humo (del feo). Lo he hecho porque me habéis obligado, porque al fin habéis conseguido distraerme de mi “éxtasis azul impráctico” y hasta habéis logrado indignarme un segundo. Sabed de una vez por todas, que no tengo patria ni reconozco patria de nadie. Mi campo es más amplio que esa tajadita de absurdo que queréis darme. Mucho más amplio. Ni siquiera el mundo. Ni siquiera el cosmos...

Por un nuevo milenio

sin utopías personales
*
Por
René E. Rodas

(N.del A.:Este texto fue escrito en 1999 para su publicación en una revista argentina. El tema era Las utopías del nuevo milenio)
*
A finales del 2002 voy a cumplir 40 años. Habré vivido en 5 décadas, 2 siglos y 2 milenios. Siento cierta urgencia de llegar a esa cita con mi tiempo.

Si la noche de San Silvestre que vela al final del calendario no nos arrastra con su carga de catástrofes y profecías milenaristas, y si la parca avariciosa no extrae mi nombre de su oscuro sayo, quizás llegue a ese día con la frente en alto y casi en una pieza.

Debo reconocerlo: es más de lo que juzgué probable y muchísimo más de lo que tuvieron muchos hombres y mujeres de mi generación. Ellos ni siquiera supieron que la guerra civil de El Salvador terminó por la época en que habrían rondado los treinta años. Para honrarlos, pienso presentarme al comprometedor momento de la madurez con mis mejores armas. Entre ponerlas a punto y manejarlas con destreza, algo ha venido creciendo en mí, marcándome un horizonte.

Quizás eso se transforme algún día en sabiduría; ahora es experiencia. Y de armas y experiencia echaré mano para ese encuentro. Tomaré una precaución: la compañía de unos pocos amigos a quienes ofreceré un verso fresco y un vaso de vino.

Echaré de menos a una o dos personas irremediablemente. Cumpliré algunos ritos íntimos. No tendré miedo ni ilusiones: Estaré despierto. El miedo paraliza o induce a la acción irreflexiva. Las ilusiones nos separan del presente y nos someten al yugo de las falsas necesidades. No nos dejan ser.

Saludaré, desde la resignación del amor, al círculo del día como a una joya fulgurante y efímera que el árbol del tiempo dispone a mi mesa. Lo hago a diario, pues mi oficio es la belleza –que es esquiva, ya se sabe, y no siempre el antiguo conjuro del amor logra convocar su luz.

Estaré liviano, sin cargas, y en algún momento me repetiré que todo aquello carece de importancia. No tiene más sentido que la búsqueda de plenitud de un ser acaso prescindible en la incalculable plenitud de la vida.

Sopesaré con altura y verdad mis días, veré de frente al tribunal en pleno de mis recuerdos. Su veredicto podría ser implacable; lo acepto. Pero sé que el pasado, de natural irremediable, es clemente con los yerros nacidos de la imprudencia y de esas formas empecinadas de la voluntad: convicciones y creencias –que poco o nada valen – y con las acciones cometidas bajo el hechizo de un ideal. De haber faltas mayores a las que se impusiera el filo de una condena, mi cuello no temblará.

Estaré lúcido donde nadie puede sustituirme, mi propia vida. Aparte del juicio del tiempo, procuraré perdonarme en mis cortedades y excesos. Mi vida es un tumulto, pero mi espíritu se inclina por la paz.

Esta reconciliación de nada me pondrá a salvo, ni me dispondrá para entrar purificado en el Final de los Tiempos. Me ayudará a vivir ese día en todas sus consecuencias; eso será suficiente para robustecer mi espíritu.

Pensaré en lo hecho, lamentaré lo que no hice. Ese balance no se convertirá en lágrima que robe dignidad a mi vida. Espero seguir buscando la ceniza viva de un poema. Por eso, aceptaré que el mundo es bello, comprometedor y misterioso, como un hijo, un oráculo, o la mujer amada.

Brindaré, como hacía Mary Hopkins en las tabernas de Londres, “Por nuestra juventud, en que llenos de inquietud, tuvimos fe y deseos de vencer”. Brindaré por los poemas y versos que han dado luz a mis días; es de esperar una borrachera feliz. Saludaré, lleno de gratitud, a la poesía que sostiene al mundo contra la roña de la muerte y la destrucción. Tendré en mente, con Joseph Conrad, que “El hombre es un ser asombroso pero definitivamente no es una obra maestra”, y que ese hombre sufre y muere como si la vida no tuviera otra finalidad.

Montreal, Otoño y 1999

Política cultural y utilidad del arte

El Salvador en pintura — Años treinta
Por
Rafael Lara-Martínez

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Durante el martinato (1931-1944) las artes reciben un serio impulso oficial. En su discurso presidencial de 1935, Andrés Ignacio Menéndez destaca dos rubros esenciales para el desarrollo cultural de El Salvador: pintura y turismo. Estas actividades las promueven Escuela de Artes Gráficas y la Junta Nacional de Turismo. Ambos quehaceres se reúnen en un espacio editorial y publicitario: la Revista El Salvador (1935-1939) de la Junta Nacional de Turismo. Su publicación bilingüe —castellano e inglés— declara que la audiencia ideal se halla en el extranjero. En su defecto, su lector idóneo está en la capital, una “ciudad de vida febril”.

A este público selecto se le entregan imágenes muy distintas a la de su vida cotidiana. En vez de seleccionar una similitud visual entre observador y objeto sensible, la revista presupone una separación radical. Existen dos universos que se articulan en la mirada. El uno ve, vigila, reflexiona; el otro se desentiende, se deja contemplar. Inadvertido, se ofrece al ojo ajeno. El primero es activo, urbano, moderno; el segundo, pasivo, rural, arcaico. La movilidad se contrapone al reposo. Agilidad y traslación contra quietud y letargo. Aquí el yo que otorga licencia, nombra; allí el otro que valida la identidad de lo mismo. Hay una necesidad intrínseca a la modernidad por identificar un suplemento primitivo, indígena, por legitimar valores opuestos que señalan su potencia vital.
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Editoriales, múltiples artículos y vistosas ilustraciones promueven lo regional y lo típico. La pintura de lo autóctono. Con el turismo, lo indígena rural se revierte en pasividad vegetal decorativa. Lo étnico se emparienta con el bodegón y la naturaleza muerta. El indígena ofrece su carácter típico y folclórico para que lo aprecie el pintor citadino, primero, y el turista extranjero, enseguida. En el still life sin expresión propia, se descubre el cuadro de lo que se entiende por antropología indigenista en el país: lo indígena remoto, la arqueología, y lo indígena como hermosa decoración. El folclor y lo típico. La estética urbana de lo bonito dirige la acción indigenista.
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Al difundir el arte regional, la Junta Nacional de Turismo logra “atraer grandes corrientes de visitantes europeos y norteamericanos” a contemplar “las cualidades envidiables” de lo pintoresco. El reconocimiento oficial a “Panchimalco, pueblo indígena ciento por ciento” —su recreación plástica en la obra de José Mejía Vides— deriva de una intención comercial semejante. En ese pueblo “hase logrado el mantenimiento de la raza amerindia en toda su pureza […] algo puro y noble, trascendente y bello […] para el turista, para el viajero de mirada comprensiva de lo primitivo, para el artista. Podrá ver indios”.
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Más allá de todo formalismo —color, textura, forma— se desglosa una compleja utilidad del arte. La modernidad en pintura inaugura un espacio virtual que articula la diferencia. Su imagen en el espejo le entrega el antónimo que requiere para descargar con mayor ímpetu el potencial creativo de su propia identidad. La figuración plástica del indígena rural se revierte sobre el observador que se deleita en contemplarla.
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En esta unidad de los opuestos —el otro y lo mismo— se disipa toda ilusión referencial. “Esto no es una pipa” aprendemos de Magritte. Tampoco el regionalismo exhibe el reflejo condicionado de lo autóctono. No nos orienta sobre el destino político del indígena que imagina; explaya su ausencia según una máxima del poeta Miguel Ángel Espino: “la tendencia a novelizar la vida, para compensar la obra del dolor, para obtener el grado de dicha que no se alcanzó en la práctica”. Un ars sin más tekhne que el ofrecernos un paliativo de la política.

Cuatro esquinas delimitan el espacio de visibilidad del regionalismo en pintura: modernidad, identidad, ilusión referencial y sucedáneo de la política. En este marco conceptual se despliega una matriz de símbolos. Se instituye una sólida caverna. El arte regional erige una modernidad urbana. Se trata del primer canon pictórico nacional. A un auditorio selecto, los lienzos le proponen observar el trasfondo indígena que despeja la silueta virtual de su opuesto. Al admirarla imagina su diferencia. En esta distinción visual funda el ritual de una identidad nacional renovada. Lo propio de esta urbanidad es instituirse en la ilusión referencial de su contrario. Confunde sombras con cosas. Finge una valoración indigenista en pintura sin una política que la sustente.
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El provecho político del arte indigenista se nos ofrece como verdadera caverna platónica. Construye un espejismo de virtualidades rurales. Toda legislación reformista queda relegada de la esfera sensible. El rasgo pictórico basta para que una sociedad se regocije en sus nobles acciones por valorar la población autóctona. La utilidad del arte se resuelve en una propuesta espinosa. La plástica regional es gesto imaginario que reconcilia una modernidad mestiza emergente y una etnia indígena que sepulta. Petrificada en imagen y sin palabra propia.

Nación hispana

Por
Jorge Colorado
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Mi madre hizo por fin su examen de ciudadanía estadounidense y fue aceptada. Así que será citada para la juramentación como nueva ciudadana de los Estados Unidos y formará parte de la “Nación Hispana”, ideal comunitario que transformará de manera cualitativa la idea que tenemos de los Estados Unidos en el siglo XXI.

Mi madre pasará a formar parte legal de la minoría más grande de EU, mucho más que los afro-americanos, ¿por qué hay una fiebre afro-americana en películas, videos, música, etc? y ¿"los latinos (termino que define desde la otredad a nuestros grupos étnicos del “south of the border”) somos casi invisibles?

Aparte de pocos ejemplos, pareciera que el gran “Mass Media” estadounidense trata de ocultarnos, ¿por que habrá ese intento disimulo cultural?, Quizás consideran que aún somos demasiado diferentes a para sus conceptos "americanos", quizás por que la gente vive sus valores culturales y no se integran como deben en el “american way", o tal vez no encuentran una idea políticamente correcta hacia los hispanos.

El “Mass Media” como único discurso monodireccional público es fundamental para el estadounidense, el "si sale en la TV es cierto" se vuelve una norma de pontificado, llegar a ella planteando nuestra “latin america way” se vuelve una necesidad reivindicativa de las etnias.

El ideal es exponernos bajo la multiculturalidad medianamente objetiva y no una interpretación anglosajona de esta -aunque dudo que llegue a suceder de esa forma, ahí soy pesimista -, actualmente hay una carrera de identidades por ver cual etnia logra impactar en la identidad de la nueva nación hispana, nación hoy por hoy un tanto indeterminada y difusa.

Aun no existe definición de como se comportará La Nueva Nación, y si esta tendrá tintes homogéneos, o se presentará como varias "naciones hispanas". Para los hijos de inmigrantes hispanos el país de origen de sus familias es apenas una idea o una fijación de sus padres y abuelos, su cotidianidad son los Estados Unidos, el “Spanglish” es su lengua (con extrañas variaciones durante una conversación entre uno y otro idioma, ¿será una especie de armonía lingüística?), y ahí se incorpora el Cipitio, los cuentos y los juegos de barriada y recetas tradicionales, pero híbridas con la Coke, Disneyland y los Corn Dogs; y para complicar las cosas, reinventadas según necesidades locales.

Hace un tiempo visitamos la Isla de Elis, en la Bahía de New York, cerca de la Estatua de la Libertad, ahí funcionaba el centro para recibir a los inmigrantes durante los últimos años del siglo XIX y las primeras cuatro décadas del XX. Si uno era un inmigrante pobre, que venía en tercera clase de un barco, seguro que llegaba ahí. Actualmente en el sitio se ha construido El Museo de la Migración (¿dentro de 100 años será en el muro de la tortilla?). El museo posee una enorme sala, que fuera utilizada para "colar" al inmigrante, la depuración se disponía en cuanto el inmigrante tuviera una enfermedad mental o física. Aunque de igual manera, se buscaban según la paranoia del momento a los anarquistas y un poco después a los comunistas.

En la sala central del museo, el inmigrante caminaba hacia un estrado donde un antepasado del la oficial que entrevistó a mi madre realizaba un crudo interrogatorio. Actualmente el interrogatorio es similar, aparte de cumplir con otros requisitos que comprueben su existencia civil dentro del sistema estadounidense y del manejo relativo de la lengua inglesa. Tal vez sea un alumbramiento difícil, pero según un buen amigo de una Organización Salvadoreña en Heampstead; Nueva York es necesario. Según ellos entre más salvadoreños con ciudadanía legal, más capacidad de votación y a mayor votación más políticas en beneficio de los intereses hispanos.

Así se detuvo la propuesta del condado de Suffolk en Long Island para utilizar la policía regular como oficiales de migración. Para un sitio con miles de salvadoreños, guatemaltecos y otros centroamericanos, esa propuesta hubiera resultado en una persecución y acoso para cualquier inmigrante legal o ilegal que se arriesgara a pasear una tarde de verano en el Parque West Hills.

De cualquier forma, el ingreso, legal o ilegal de centroamericanos y suramericanos que los Estados Unidos ha recibido en los últimos veinte años, inducirá más temprano que tarde, paso a paso, al cambio definitivo de la sociedad estadounidense. Por supuesto, que con sus resistencias y con sus hibridaciones culturales.

Entonces hablaremos “Latino Americano Way of Life, vea?”

Roque Dalton

De su libro
Taberna y otros lugares
1a ed. Casa de las Américas, Cuba: 1969
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Día de la patria

Hoy fue el día de la patria: desperté a medio podrir, sobre el suelo húmedo e hiriente como la boca de un coyote muerto, entre los gases embriagadores de los himnos.

15 de septiembre.

De El país (III)
Poemas de la última cárcel.

*

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El primogénito

Un país cuyo deporte nacional sea una especie de náusea
deberíamos fundar, repleto
de vecinos sudoríferos y vomitivos.
Persistiría cierta palidez, no lo dudo,
la mejor luz para ostentar el viejo perfil
de la familia, ese horizonte de perros...

Payasos eucarísticos:
qué magnos sacrificios para ocultar la gruesa tripa!

Frente a estas mascadas banderas, el asesinato, las forzaduras,
cualquier cosa huele bien, menos la actual desidia.

Digan que mis manos son el retrato vivo de mis sienes,
habrán olvidado que soy el rey de las divagaciones:
“Todo mi cuerpo cabe en un espejo oscuro,
como es la espalda de la última botella de Ballantine,
pero antes de reventar deberé aumentar unas libras,
saludable consejo de la egolatría, ya que
al fin y al cabo nacimos
simuladores y carnívoros”.


De El pais (II).
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*
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La verdadera cárcel

Oh mi país sus ojos descarriados
solo flores en homenaje de su muerte adivinan
año de la profundidad tempestad deshabitada
pero en espera de su gota de fecundación.

Bienvenida entonces enhorabuena la locura
voy a comprarle un caramelo para que me defienda
y así poder volar alguna vez al mundo
luego de este sumergimiento mortal.

Prefiero sabedlo la locura a la solemnidad:
hojeo mi alma mis guadañas mis vértigos
y no es en otros términos la respuesta florida.

Así confío en la potencia del abandono
o del alarido angustiado que permanecerá como prueba
de mi remota inocencia.

Menudo esfuerzo hice para tener fe tan sólo en el deseo
y en el amor de quienes no olvidaron
el amor y la risa.

De El país (III)
Poemas de la última cárcel.

Horacio Castellanos Moya

De su novela
El Asco

*
*
Yo no entiendo qué hacés vos aquí, Moya, ésa es una de las cosas que te quería preguntar, ésa es una de las curiosidades que más me inquietan, cómo alguien que no ha nacido aquí, cómo alguien que puede irse a vivir a otro país, a un lugar mínimamente decente, prefiere quedarse en esta asquerosidad, explicame, me dijo Vega. Vos naciste en Tegucigalpa, Moya, y te pasaste los diez años de la guerra en México, por eso no entiendo qué hacés aquí, cómo se te pudo ocurrir regresar a vivir, a radicarte en esta ciudad, qué te trajo una vez más a esta mugre. San Salvador es horrible, y la gente que la habita peor, es una raza podrida, la guerra trastornó todo, y si ya era espantosa antes de que yo me largara, si ya era insoportable hace dieciocho años, ahora es vomitiva, Moya, una ciudad realmente vomitiva, donde sólo pueden vivir personas realmente siniestras, o estúpidas, por eso no me explico qué hacés vos aquí, cómo podés estar entre gente tan repulsiva, entre gente cuyo máximo ideal es ser sargento, ¿los has visto caminar, Moya?, yo no lo podía creer cuando vine, me parecía la cosa más repulsiva, te lo juro, todos caminan como si fueran militares, se cortan el pelo como si fueran militares, piensan como si fueran militares, espantoso, Moya, todos quisieran ser militares, todos serían felices si fueran militares, a todos les encantaría ser militares para poder matar con toda impunidad, todos traen las ganas de matar en la mirada, en la manera de caminar, en la forma en que hablan, todos quisieran ser militares para poder matar, eso significa ser salvadoreño, Moya, querer parecer militar, me dijo Vega. Me da asco, Moya, no hay algo que me produzca más asco que los militares, por eso tengo quince días de sufrir asco, es lo único que me produce la gente de este país, Moya, asco, un terrible, horroroso y espantoso asco, todos quieren parecer militares, ser militar es lo máximo que se pueden imaginar, como para vomitarse. Por eso te digo que no entiendo qué hacés aquí, aunque Tegucigalpa ha de ser más horrible que San Salvador, aunque la gente en Tegucigalpa debe ser igualmente imbécil que la gente en San Salvador, al fin son dos ciudades que están demasiado cerca, dos ciudades donde los militares han dominado por décadas, dos ciudades infectadas, espantosas, repletas de tipos que quieren quedar bien con los militares, que quieren vivir como los militares, que ansían parecer militares, que buscan la menor oportunidad de arrastrarse ante los militares, me dijo Vega. Un verdadero asco, Moya, es lo único que siento, un tremendo asco, nunca he visto una raza tan rastrera, tan sobalevas, tan arrastrada con los militares, nunca he visto un pueblo tan energúmeno y criminal, con tal vocación de asesinato, un verdadero asco. Solamente quince días he necesitado para saber que estoy en el peor lugar en que podría estar: ahorita porque no hay nadie aquí en el bar, Moya, pero te puedo asegurar que después de las ocho de la noche, cuando comienzan a entrar todos esos energúmenos que vienen por el grupo de rock, te puedo asegurar que la mayoría entra con una mirada que te quiere dejar claro que son capaces de matarte a la menor provocación, que para ellos el hecho de matarte no tiene la menor importancia, que en realidad desearían que les dieras la oportunidad de demostrar que son capaces de matarte, me dijo Vega. Una belleza de raza, Moya, si lo pensás bien, si lo pensás con detenimiento, te darás cuenta que es una belleza de raza, lo único que le importa es la plata que tenés, a nadie le importa nada más, la decencia se mide por la cantidad de dinero que tenés, no hay ningún otro valor, no se trata de que la cantidad de plata que tengás esté por sobre todos los demás valores, no significa eso, Moya, significa que no hay otro valor, que no existe ninguna otra cosa que esté detrás de eso, simple y sencillamente ése es el único valor que existe. Por eso me da risa que vos estés aquí, Moya, no entiendo cómo se te ha podido ocurrir venir a este país, regresar a este país, quedarte en este país, es un verdadero absurdo si a vos lo que te interesa es escribir literatura, eso demuestra que en realidad a vos no te interesa escribir literatura, nadie a quien le interese la literatura puede optar por un país tan degenerado como éste, un país donde nadie lee literatura, un país donde los pocos que pueden leer jamás leerían un libro de literatura, hasta los jesuitas cerraron la carrera de literatura en su universidad, eso te da una idea, Moya, aquí a nadie le interesa la literatura, por eso los jesuitas cerraron esa carrera, porque no hay estudiantes de literatura, todos los jóvenes quieren estudiar administración de empresas, eso sí interesa, no la literatura, todo mundo quiere estudiar administración de empresas en este país, en realidad en pocos años no habrá más que administradores de empresas, un país cuyos habitantes serán todos administradores de empresas, ésa es la verdad, ésa es la horrible verdad, me dijo Vega. A nadie le interesa ni la literatura, ni la historia, ni nada que tenga que ver con el pensamiento o con las humanidades, por eso no existe la carrera de historia, ninguna universidad tiene la carrera de historia, un país increíble, Moya, nadie puede estudiar historia porque no hay carrera de historia, y no hay carrera de historia porque a nadie le interesa la historia, es la verdad, me dijo Vega. Y todavía hay despistados que llaman “nación” a este sitio, un sinsentido, una estupidez que daría risa si no fuera por lo grotesco: cómo pueden llamar “nación” a un sitio poblado por individuos a los que no les interesa tener historia ni saber nada de su historia, un sitio poblado por individuos cuyo único interés es imitar a los militares y ser administradores de empresas, me dijo Vega. Un tremendo asco, Moya, un asco tremendísimo es lo que me produce este país.

Miguel Huezo Mixco

De su libro
Comarcas

8
8
Solar de los héroes

Heme aquí pues camino de un país lejano

Acomodado en el solar de los héroes
Veo con orgullo las ruinas del porvenir

Sirvo con devoción a una causa extraña
No tengo remordimientos de asesino

El siglo que viene tendrá sus propios enmascarados
!A qué tanta vanidad razonable
si bajo el lecho de las hojas germina ya el embrión del trigo
que habrá de alimentarlos!

En sus casas futuras
habrá una pared para el vacío
otra para el orden
otra para el remordimiento
y otra para el castigo

¡Contra mi propia vida suplico
que una nueva senda me abra la muerte por fin!
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Burdel en un puerto salvadoreño

La alegría es una débil vida que se queja

Walter Iraheta

Fotografías y dibujos de la serie
Criptonita
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Entrevista

Walter Iraheta

Jacinta Escudos

De su novela
El desencanto
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El sueño de lo que lee
en la última página de su pasaporte
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ARCADIA VA a hacer un viaje. Llega al aeropuerto, al mostrador de la línea aérea. Cuando va a darle el pasaporte al empleado que atiende, se da cuenta de que hay algo escrito en la última página. Y lee:

-------------"La puta perra que te parió a ti, puta.
-------------Te ví por una rendija haciendo el amor con otro.
-------------Eres bella y te amo.
-------------Pero te odio porque no puedo hacer el amor contigo".
*
..........Al leer aquello siente mucha vergüenza. No sabe quién lo escribió.
*
..........El hombre le pide el pasaporte y ella se lo entrega, con la mano temblorosa, sin decir nada, apenada, esperando que él no lea lo que alguien escribió allí.
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El sueño en el que está vendada
en una habitación

ESTÁ DESNUDA, los ojos vendados con un pañuelo negro, sola en una habitación que no vió antes de ser vendada y llevada ahí. No escucha ruidos, pero sabe que hay alguien en la habitación. Alguien que no dice nada, que solo observa, respira, imagina.
*
..........Escucha la respiración agitada del hombre. Sabe que un hombre la llevó allí, la vendó, le quitó la ropa con suprema cuidado, pero no sabe quién es.
*
..........Arcadia no sabe qué hacer. Estrecha sus manos una contra la otra sobre su estómago. Está tan desnuda que ni siquiera se toma la molestia de hacer el gesto de taparse los genitales.
*
..........Da una vuelta, levanta la cabeza para intentar distinguir algún sonido, identificar un olor. No sabe si hablar. Aguarda.
*
..........Un airecillo fresco sopla y le despierta los pezones.
*
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El sueño del pato que le hace el amor

ARCADIA HACE el amor con un inmenso pato blanco.
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.........El pato es tan grande como ella.
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.........Ella lo besa y el pato tiene las plumas muy blancas, calientes, limpias y suaves.
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.........El pato, para abrazarla, abre sus alas y la envuelve con ellas y Arcadia, en vez de pasión, siente intensa ternura.

René E. Rodas

El libro de la penumbra
Poesía por entregas (3/9)
8
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5. El cortejo

I

Ojos tuyos en los que camino, y me incendia su pervasivo fulgor como un desierto a mediodía.

Cabeza y cuello tuyos para apretar entre mis senos como una esfera de magia que guardara los secretos de la sal.

Manos tuyas próvidas e inclementes como una garra con la que el viento me despojara del pasado.

Palabras de tu boca que me nombran, instantes en los que tu mente me dibuja en imágenes de deseo.

Dedos tuyos penitentes para los que yo invento secretos que salen a tu encuentro como ensalmos.

Mis caricias te preparan para el zarpazo del amor como preparo las olas para mi playa.

Perfilo en mi cuerpo las horas que prefieres y te contemplo desde mi horizonte, que no has de alcanzar.

Quiero robarte del mundo, vagar sin prisa y sin rumbo en ti como por una demorada tarde.

Busco el conjuro que te haga feliz y apague tus pesadillas —por un rato al menos.

Viejas artes me asisten a destruir los relojes que te retienen fuera de este tiempo mío donde guardo tu espacio.

Ven. En ti quiero darle un instante de plenitud al mundo. Déjame dar fe de que existes entre mis brazos.


II

He aquí una ola solitaria empujada al viaje. He aquí que hoy parto de mí mismo en busca de ti.

He aquí este aliento líquido que hoy dejo correr sobre tus arenas. Desconocida me eres e inexplicable.

He aquí el yodo y la sal de mis días puestos al pie de tu playa. Tú para quien mi voz se agenció el canto.

De mí nada sabes. De mi sólo adivinas, tal vez, que vengo de lejos y estoy solo y tengo miedo.

Tarde un día, en un parto feroz, vi el rostro del sol. En ese rostro inalcanzable había el anuncio de un límite.

Mi madre y yo descubrimos el pavor del otro: la más inquietante, la más infranqueable frontera que impone el mundo.

Con el tiempo nos hicimos a la idea de vivir juntos. Aquella aventura comenzada en deseo se resignaba en amor.

Ella me dio del calcio de sus huesos. Yo la dejé alimentarse del fantasma sonriente de mis ojos.

Luego vinieron días de esplendor sin nombre en los que un niño pasea en bicicleta.

Crecí, descubrí la muerte, supe del inabarcable sabor a incendio que tiene la distancia.

Olvidé la gruta salina que fue mi casa. Pasaron los años como una aguja que zurce heridas y hoy vengo a tu orilla.

Quiero tenderme en la caleta ardiente de tu mano, entregarme a tus rocas, sucumbir al reto de remontar tus dunas.

Traigo para ti noticias del mar. Rumores que nunca has escuchado te saludan en mi canto.

Vengo a entregarte la nave cóncava de mi voz, a ofrecerte rayos líquidos de sol y peces como cuajos lunares.

Déjame desembarcar mi amor en tus arenas, beber la humedad de tus esporas y la sangre de tus líquenes.

Será todo el alimento que precisen mis dedos remorosos. Abre tu día al paso de mi cuerpo de animal desencantado.

Guardo para ese abrazo un secreto que lanza al vuelo a las mantarrayas y hace bailar a los hipocampos.

(Me cautivó tu voz en la lejanía y me prendió tu calor en la profunda amargura de mi cueva abisal.)

Épocas de aridez me hicieron soñar con el doloroso aroma de tu costado, peces transparentes anunciaban tu deseada existencia.

Un rumor de corales vivos, una marejada de crustáceos me hicieron imaginar la turgente colina por la que habría de abordarte.

El gemido de una ballena me dejó conocer tus costumbres en el amor, el canto azul de tus días.

Cardúmenes de peces extraviados me dejaron presentir los poderes de tu lengua.

Quise estropear un poco el traje de luz con que te cubres, arrugarlo, sacártelo a tirones.

Yo que vengo del mar te soñé desnuda y pobre como la lluvia.


6. Los testigos

Esto vimos: una llama perdida en busca de un gramo de calor en el centro del viento.

Eran dos sombras y se perdieron en su propia tormenta. Se disolvieron en la lluvia. Nadie vio más.

Quién lo hubiera dicho. Sombras absueltas que se entregan para hacer más densa la oscuridad.

Huellas que en el fango desaparecen, hilos de una leche que no cuaja, arpa de ceniza que sucumbe al primer tañido.

Aquí estuvieron el tiempo de una promesa. Fueron cosa de nada, y nada más habrá de saberse.

Nada fueron. A ningún lugar iban. Venían de ninguna parte. Río sin rumbo encerrado en sus aguas. Eso vimos.


7. El telar

Ahora crezco, y me sucede inventar precisos instrumentos que mañana serán mi brújula y mi perdición.

Trabajo el delicado tejido que envuelve a los sueños. Hilo de trama, hilo de urdimbre.

Fabrico placas fotosensibles para mi ojo. Y un día te veré dispersa de éxtasis, compacta en el nudo de una lágrima.

Un minucioso tambor que un tubo conecta a la caprichosa arquitectura de una oreja.

En él recogeré un día tu voz perdida en las ramas del árbol del tiempo.

Un camino de vellosidades en el que la brisa vaya de paseo con su olor a rosas.

Este dedo oponible que me separa de la naturaleza y trae el mundo al alcance de mi mano.

De él se sostendrá un día el amor para entregarme su inagotable y ansiado cuerpo.

Esta lengua que una tarde de sol conocerá el acerbo sabor de la belleza y dará formas al misterio y a la mentira.

Este pellejo de células agónicas capaz de estremecerse en la tumultuosa centella de una caricia.

El aciago relincho que pone en marcha la expedición de la duda: armas de la piara insaciable que crece en mi cabeza.

Canta la araña su canto poligonal. Yo tejo el instrumento que cantará mi paso por la sinfonía del mundo.

Joseph Roth Diele

Por
Horacio Castellanos Moya

Joseph Roth, el magnífico escritor y periodista judío nacido en la Galitzia del antiguo imperio austro-húngaro, era un bebedor empedernido. Sus biógrafos lo describen como un nómada (vivió en Viena, Frankfurt, Berlín, Moscú, París), aposentado en un café a lo largo de la mañana, sobrio, llenando cuartillas con sus estupendas historias; pero al final de la tarde empezaba a beber como si el demonio le pisara los talones. Sus últimos años en París fueron fecundos, basta mencionar ese breve relato de culto titulado La leyenda del Santo Bebedor, pero también a tal grado autodestructivos que la cirrosis lo acabó cuando apenas contaba con 45 años. Corría entonces ese fatídico 1939 y los nazis se le venían encima.
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Sorprende descubrir la gran cantidad de relatos y novelas (la mayoría traducidos al castellano) que Roth escribió en su breve periplo. Sorprende aún más descubrir el volumen de su obra periodística, todavía no traducida al castellano, y su talento para la crónica y el retrato. A lo largo de su vida, Roth fue un muy bien pagado periodista de los principales diarios de Frankfurt y Berlín.
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En esta última ciudad, hace tres años, lectores que admiran su obra abrieron una taberna llamada “Joseph Roth Diele”, en la calle Postdamer 75, muy cerca de la estación de metro Kurfürstenstr. La decoración del lugar es un hermoso homenaje a uno de los escritores en lengua alemana más sugerentes del siglo XX. Un día de julio pasado visité la “Joseph Roth Diele”, me senté a la barra, leí las frases autobiográficas de Roth que están grabadas en el mármol del techo, recorrí las ilustraciones y las diversas ediciones de los libros esparcidas en las paredes, supe que el escritor había vivido en la casa de junto en 1922 y luego, embargado de emoción, brindé en su honor. Si visita Berlín y gusta de los relatos de Roth, dese una vuelta.

Artistas devoradores de libros

Por Mayra Barraza

Al fondo del pasillo en la IX Feria Internacional de Libros en Centro América -FILCEN, lejos de las opresivas expectativas de venta de libros, se encontraba una peculiar exposición llamada LIBRo+artE!
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Obras de arte que desde diferentes perspectivas pictóricas “devoraron” palabras, creación literaria, autores y libros en sus propuestas, conformaban esta insólita exposición. Participaban artistas con una larga tradición en el uso del libro-objeto como Romeo Galdámez, y jóvenes artistas como Natalia Domínguez quien en un ensamblaje de gran evocación poética coloca una maquina de escribir dentro de una pecera con agua.
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El público se detenía a observar atentamente los retratos de Borges y Roque Dalton así como los libros manufacturados con materiales tan diversos como placas de metal, hilos, tickets de bus, piel de zorro, y no podía faltar: papel.
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LIBRo+artE! mostraba que el mayor provecho que se le puede sacar al libro es en definitiva, con la imaginación.

¿Literatura femenina?

Por Mayra Barraza

¿Existe en realidad una literatura femenina? se titulaba la conferencia que David Hernández -escritor salvadoreño- impartiría a las 2pm en la FILCEN.

Calcule la típica media hora “tarde” para llegar “a tiempo” sin imaginar que el siguiente cuarto de hora consistiría de elogios mutuos entre los organizadores, el conferencista y el invitado especial.

Finalmente Hernández comenzó citando a un afamado critico literario alemán que opinaba las mujeres no están dotadas biológicamente para escribir novela. Aseveración que daba como para una reflexión profunda sobre que parte del cuerpo usan los novelistas para escribir, sin embargo seguí escuchando.

Velozmente expuso sus ideas: “los humanos somos andróginos”, “hay escritores con sensibilidad particular a diferentes temas” y que la literatura femenina reciente es resultado de una “operación mercantil”, para luego nombrar autoras que a su juicio escriben “bien”.

Mire mi reloj. Las 3 en punto. No se veían respuestas en el horizonte, vire apresuradamente a mi izquierda y salí huyendo.

Hora salvadoreña:15Sep-15Oct

ARTE – Exposición. Fragmentos, pinturas de Ricardo Clement, Sep 30 a Oct 24, La Pinacoteca.
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(
CINE. El callejón de los milagros Dir. Jorge Fons, Lu 3 Oct; Bread and roses Dir. Ken Loach, Ma 4 Oct; Sendero de sangre Dir. John Malkovich, Mi 5 Oct; Japón Dir. Carlos Rasgadas, Lu 10 Oct; Chaisin´ freedom Dir. Don Mac Brenty, Ma 11 Oct; En algún lugar de África Dir. Caroline Link, Mi 12 Oct; El Atrio, NUEVO LOCAL: Av Alvarado 30, Urb. Buenos Aires. Info: 2226.5411
/
FOTOGRAFIA – Exposición. Velha Goa, fotografías de la India de Benoy K Behl, Oct 5 al 31(Inaug Mi 5 Oct 10am), Salón Amarillo - Palacio Nacional.
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ARTE – Exposición. Doce Vistas, Sep 11 a Oct 20, Azul y Blanco: Arte Contemporáneo. Info:
www.azulyblanco.com.sv

ARTE – Exposición. Trifásico de Eduardo Martínez, Alex Donado y Marvin Iraheta, Sep 27 a Oct 11, CCE.

TEATRO – Presentación. Teatro de bolsillo con la compañía El teatre de l´home dibuixat (basado en la obra Súbete al carro de Carles Pons e interpretado por Tian Gombáu) Ma 4 Oct, 6:30pm, CCE.

DISEÑO
– Exposición. Cultura(s): Derechos Culturales, carteles realizados por diseñadores e ilustradores españoles e iberoamericanos, 11 al 26 Oct (Inaug Ma 11 Oct, 10am) Universidad Don Bosco, Soyapango. Info: 2275.7526

POESIA – Recital. José Roberto Cea (El Salvador), Ana Rossetti (España), Ledo Ivo (Brasil), Jorge Boccanera (Argentina), Luz María Lescure (Panamá), Maria Troiano (Perú); IV Festival Internacional de Poesía, Ma 11 Oct, 7pm, CCE. . Info: 2275.7526

MUSICA
– Sinfónica. Concierto de la Hispanidad: Loa del hombre (poema de Hugo Lindo) de Germán Cáceres (El Salvador), Tres versiones sinfónicas de Julián Orbón (España) y Concierto para saxofón y orquesta de Bienvenido Bustamante (Rep. Dominicana), Orquesta Sinfónica Nacional, Mi 12 y Ju 13 Oct, 7pm TPresidente.

CINE ESPAÑOL. Secretos del corazón Dir: Monixo Armendáriz, Vi 7 Oct, 6pm; El Portero Dir: Gonzalo Suárez, Vi 14 Oct, 6pm; Solas Dir: Benito Zambrano, Vi 16 Sept; Son de mar Dir: José Luis Garci, Vi 23 Sept; La lengua de las mariposas Dir: José Luis Cuerda, Vi 30 Sept; 6pm CCE. +info 2275.7526.
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TEATRO – Charla. El teatro del Maestro Gavidia por Carlos Cañas-Dinarte el Ju 22 Sept 5:30 pm, Tesario - Universidad "Francisco Gavidia”.
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ARTE – Exposición. Paisajes de la querencia, pinturas recientes de Mayra Barraza, 31 Ag – 1 Oct. – TLPoma.
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MUSICA – Concierto. Boleros y otras canciones latinoamericanas por Claudia Acosta (voz), Giovanni Ardón (piano) y César Merlos (guitarra), Sab 24 Sept 8pm, Dos Gardenias (antes Casa de los mestizos), Suchitoto.
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ARTE – Videos. Julio González (20’), Sept 20-25; El siglo de Picasso (53’) Sept 27-Oct 2; Joan Miró: Colecciones de estado (21’) Oct 4-9; 11am y 3pm, MARTE.

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HISTORIA – Charla. Heroínas de la Independencia con Prof. Philippe Vovard, Sab 24 Sept 4pm, Alianza Francesa.
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DANZA CONTEMPORANEA. Soffio con Paco Dècina, grupo de danza contemporánea francés, Lu 26 7:30 pm, TPresidente.
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CINE EN FRANCES.
Le Rapace(1968) de José Giovanni, Mi 21 7:30 pm, Alianza Francesa.

8
ARTE – Conferencia. Vida y obra de Camilo Minero por Armando Solís, Ju 22 Sep. 4pm, MARTE.
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MUSICA – Charla. Las huellas de nuestra música por Marta Rosales,
Ma 27 Sept, 4pm, MARTE.
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ESCULTURA - Conferencia. Escultura Moderna por Jorge Palomo,
6 Oct 4pm., MARTE.

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TEATROLa gata sobre el tejado ardiente de Tenessee Williams, Dir. Roberto Salomón, Act. Antonio Lemussimún, Naara Salomón, Leandro Sánchez, Mercy Flores – Sept Ju-Sab, 8pm y Dom 5pm. +info: 2261.1029

FOTOGRAFIA – Exposición. Paisajes Interiores: La ciudad de México de Rogelio Cuellar, Sep 8 a Oct 2, Sala Nacional.
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HISTORIA – Ciclo de conferencias. Aspiraciones de los líderes independentistas. Autonomismos y centralismos, monarquía o república por María Eugenia López Velásquez y Adolfo Bonilla, Sab 17 Sep; El liberalismo centroamericano en la época de la independencia por Xiomara del Carmen Avendaño, Sab 24 Sep; 10am todas las conferencias, Casa de las Academias.
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FOTOGRAFIA – Exposicion colectiva. ESFOTO: Fotografia actual de El Salvador, Sept 1 al 25, inaug. Vi 1 Sept 7pm., CCE. +info: 22757526
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ARTE – Exposición de fotografia. Eugenio y yo de Ana Urquilla, Sept 8 al 28, Rincon Cultural Hotel Radisson.

ARTE – Exposición. Camilo Minero. La poesía del testimonio. Agosto 18 a Enero 8, MARTE.

GRABADO – Exposición. Zincografías de José Guadalupe Posada, Sept 13 al 30 –Inaug Ma 13, 7pm – MUNA.


ARTE – Instalación. Habitación infantil de Ronald Morán. Agosto 11 a Noviembre 15, MARTE.

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ESCULTURA - Exposición. Colección de escultura moderna con dibujo. Julio 28 a Octubre 30, MARTE.
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ARTE – Exposición. Habitante, fotografias de Eduardo Chang, Sep 6 al 30 – inaug Ma 6, 7pm, La Ventana.
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MUSICA CLÁSICA – Concierto. - En la habitación de arriba de Robert Frank (USA), Sinfonía No. 1 de J.Brahms, y Concierto para flauta y orquesta de J.Albert. Solista: Felipe Guanipa (Venezuela), Director invitado: Michael Meissner (Alemania), con la Orquesta Sinfónica de El Salvador. Tpresidente, Mi 28 y Ju 29 Sept 7pm.

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FOTOGRAFIA – Exposición. Obra fotográfica de David Méndez, Sept 14 a Oct 9 – Inaug Mi 14, 6:30pm – Tpresidente.
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BALLET – Estreno. Cenicienta: Ballet completo en tres actos por la Compañía Ballet de El Salvador, Sap 17 y Dom 18 Sept, Sap 15 y Dom 16 Oct, TPresidente.

Al infinito y más allá

Pútrida patria. Con sendo título no se puede pasar por alto en estas fechas de sofoque cívico él más reciente libro de ensayos póstumos de WG Sebald sobre la Alemania de la posguerra, el exilio, la memoria y la palabra, aquí reseñado por Rafael Narbona.
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Insensatez, la última novela de Horacio Castellanos Moya es elogiada recientemente en El Cultural de El Mundo español como “una novela excelente que nos permite descubrir otra nueva voz de la generación que centraliza ahora la atención literaria en Hispanoamérica. Castellanos Moya demuestra la alta calidad de la narrativa en lengua castellana…”. Reseñas en los periòdicos màs importantes de España: La Vanguardia y El Paìs, màs otras noticias.
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¡51ª. Bienal de Venecia! Desde el 12 de junio hasta finales de noviembre la bienal de arte de mayor tradición y relevancia. Desde este enlace puede recorrer las exposiciones. En el pabellón latinoamericano el salvadoreño
Luis Paredes con una proyección fotográfica.

http://www.universes-in-universe.de/car/venezia/bien51/esp/latam/img-19.htm
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La editorial guatemalteca F+G continua con una extraordinaria producción editorial. Ahora nos presentan de Carol Zardetto, Con pasión absoluta, Premio Centroamericano de Novela "Mario Monteforte Toledo" 2004.
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http://www.fygeditores.com/fgconpasion.htm
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El presidente de Concultura
tiene tiempo para el humor,
y del negro.
Aquí una fabulosa
crónica de un (des)encuentro.
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http://www.elsalvador.com/noticias/2005/08/22/editorial/edi4.asp
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¿Que tienen en común Cioran, Roberto Bolaño, Borges, Gabo, Vargas Llosa, Monsiváis y otros?
Pues al fotógrafo venezolano Vasco Szinetar.
El loco Vasco tiene por afición retratar artistas, intelectuales y políticos en el lugar más inesperado:
el baño.
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Color local


Luego de la polémica sobre el posible cese de la Revista Cultura, esta ve la luz nuevamente con él número 89 bajo la dirección de Luis Alvarenga. Con nuevo diseño regresa a circular esta prestigioso asidero de intelectuales.*
www.elsalvador.com/noticias/2005/08/19/escenarios/esc2.asp
www.elsalvador.com/noticias/2005/09/02/escenarios/esc10.asp
http://www.elfaro.net/Secciones/El_Agora/20050905/ElAgora4_20050905.asp
http://www.elfaro.net/secciones/El_Agora/20050905/ElAgora5_20050905.asp


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Presentación primer tomo obras completas de Francisco Gavidia compilado por Carlos Cañas Dinarte.
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Nueva revista El Salvador Investiga.